Paseo de la Virgen del Valle. Manicuare, Sucre. Cámara SONY DSC-P93.
Saludos amigos de Steemit y en especial de esta extraordinaria comunidad, comparto este texto referido a la religiosidad y el mar en el estado Sucre, esperando sea de su agrado.
Repleto de leyendas y tradiciones, de vivencias infinitas y milenarias, el mar o la mar –como le dicen los pescadores- llega hasta nosotros con esa fuerza incontenible de la imaginación y el encanto. Todavía por los mares nuestros, el fantasma del tirano Aguirre recorre por las encrespadas olas, metiendo miedo a quien se le consiga en su derrotero. El testimonio de la historia oral en el Indio Subero allá en San Juan de Unare del estado Sucre, se remonta a aquellos tiempos cuando había que subir a remos desde Río Caribe, siguiendo por la costa hacia el este donde se encuentra esta población pariana. Si estás en mar abierto por estos mares y logras divisar un inmenso piso que se va a flote, es probable que se trate de la mantarraya gigante que ha logrado según los testimonios marinos poner en pánico a muchos pescadores en sus faenas. De niño siempre me decían que no se podía dar la espalda al mar en la orilla porque este se molesta y nos manda las olas más feroces como castigo.
Otros testimonios hablan de hermosas islas que aparecen en el trayecto de viajeros invitando a acampar y recorrer sus hermosas playas y luego desaparecen con embarcaciones y gente incluidas. Desaparición de embarcaciones, piratas terribles y peces gigantes condimentan un universo enigmático que se pierde de vista en el horizonte. Ni hablar del Jueves y Viernes santos; tenían su carga mítica al muchas personas asegurar que no eran aptos para el baño en el mar, por que en su defecto pueden convertirse en pescado ¡te salen escamas!.
Pueblo de Salazar, Península de Araya. Cámara SONY DSC-P93.
Leyendas van y vienen por estos mares y se enriquecen con la religiosidad popular alrededor del mar; La Virgen del Valle o Virgen Marinera, patrona de los pescadores tiene precisamente en el mar, el entorno divino de una historia que se anida cada día más en los corazones orientales; el mar con su bravura que pone en peligro la vida humana tiene su remedio en esta deidad que serena los mares y protege a quien recorre nuestras aguas saladas. Es por ello que también en el mar se le rinde tributo con la peregrinación por todos pueblos costaneros del oriente venezolano, el año pasado tuve la dicha de acompañar el paseo de la Virgen del Valle de Manicuare, una tradicional devoción de la familia Mata, pero arraigada profundamente en el colectivo manicuarense, todos los años es acompañada por los habitantes de esta comunidad en un recorrido por lanchas y peñeros por los pueblos del Golfo de Cariaco en su vertiente sur; una fiesta marina que toca aguas en esas hermosas ensenadas de manglares al calor humano de la festividad peninsular.
Pueblo de Salazar, Península de Araya. Cámara SONY DSC-P93.
El canto y la composición agregan su embrujo a la adoración marina que se profesa por estas tierras, múltiples géneros musicales nos adentran con su armonía y cadencia por estos mundos marinos. La Jota, el galerón, la malagueña, las gaita oriental, el punto de navegante, el punto peñero, el merengue oriental, el vals, polo oriental y sus respectivas formas, doliente, llorón, etc. constituyen un ejemplo modesto de su inmensidad. Otro aspecto que ha adquirido sentido de miticidad lo constituyen muchas especies marinas y su carga afrodisíaca, intentado en vano de explicar científicamente por muchos especialistas, pero hay que decirlo, esa significación está exclusivamente contenida y rebasada en el alma popular.
El Peñon, Cumaná, estado Sucre. Cámara SONY DSC-W220
La faena marina esta cargada de espiritualidad, en estas acciones cotidianas el pescador a logrado darle sentido de existencia y comprensión como ninguno, de los innumerables caminos y vericuetos que uno no ve en ese mar aparentemente horizontal y extendido. La mar es como una ribazón permanente de sentido, miticidad y espiritualidad.