No hay duda de que los mejores y más influyentes maestros en la vida de los niños son sus padres. El éxito académico de los niños siempre dependerá de la eficacia con la que los padres se impliquen en la educación de sus hijos.

Los padres juegan un papel fundamental en la formación de los hijos y es evitable que puedan dudar de ello. Sin embargo, los propios padres requieren el asesoramiento y las recomendaciones de los especialistas para que puedan contribuir eficazmente en la educación de los hijos, sin tener que recurrir a las viejas estrategias de los gritos y los golpes para corregirlos.

En mi caso particular, fui educado por mis padres de la forma en que ellos los educaron. No faltaron los gritos y los tirones de orejas, pero estas estrategias suelen ser perjudiciales cuando se trata de dar apoyo emocional a los niños. Es bien sabido que los padres son más influyentes en la comunicación con sus hijos que sus propios profesores. En este sentido, para fortalecer el proceso emocional en los niños en su proceso de formación y aprendizaje, es necesario utilizar palabras que en todo momento animen y alienten a los niños a desempeñarse mejor en sus actividades escolares. Un grito puede marcarlos de por vida, simplemente porque es fácil herirlos emocionalmente y esto puede ser traumático en todo su proceso de enseñanza-aprendizaje.