Hasta julio del año 2.011 mi familia y yo vivíamos en un mundo rosa, donde no sabíamos lo que era experimentar un diagnostico de cáncer en la familia, eso era algo que le sucedía a los demás y no a nosotros, pero en esa fecha uno de mis hermanos mayores con 50 años fue diagnosticado con “Mieloma múltiple” que es un tipo de cáncer óseo.

La noticia nos impactó y nos golpeó como un fuerte huracán, que pasó y nos sacudió la vida por completo, pero no somos el tipo de personas que se sientan a llorar como si la batalla ya la hubiésemos perdido, así que luego del impacto no quedaba otra cosa que reaccionar y actuar, ¿qué vamos a hacer? Pues hagámoslo ya.

Nos pusimos en contacto con una hematóloga en Puerto Ordaz, que luego de la evaluación nos remitió al hospital de San Félix, en el que empezamos a recibir tratamiento cinco días seguido cada mes por ocho meses, gracias a Dios en ese momento el hospital daba todo el tratamiento para la quimioterapia, la atención era muy buena y nosotros por privado nos encargábamos de realizar los análisis de sangre cada 15 días y a veces semanales, todo debía ser monitoreado.

El estilo de vida de mi hermano cambió por completo y el de nosotros también, sus hábitos alimenticios y su rutina diaria cambió, tuvo que dejar su trabajo pues debía estar de lleno en su tratamiento, gracias a Dios la empresa le mantuvo su salario y pagó algunos gastos médicos, realmente en ese entonces se podía cubrir todas las necesidades.

Luego de esos 8 meses los exámenes le salieron muy bien, como si ya no tuviera ninguna enfermedad, sin embargo, le siguieron aplicando tratamiento de mantenimiento, ya eran más distantes.

En octubre del 2.012 mi hermano tuvo una recaída y tuvimos que hospitalizarlo en San Félix, allí estuvimos 33 días, en los cuales mi madre y yo viajábamos todos los días, salíamos a las 6 am y regresábamos a las 8 pm, nos tocaba la guardia de día y mis otros hermanos se turnaban para quedarse con él en las noches, fuero días terribles y agotadores, fisca, mental y emocionalmente.

A mi hermano le dieron de alta a mediados de noviembre, no porque se recuperó, sino porque la doctora dijo que no había mas que hacer, aquellas palabras que no se le deben decir a nadie “deben prepararse para lo peor”, me negué a eso, siempre confiando en Dios y en que los médicos no son infalibles, regresamos a casa, 17 días después mi hermano falleció, era el primero de diciembre, tuvo un derrame que nadie pudo detener.

Este 01 de diciembre se cumplen 12 años y el dolor sigue allí, pero la vida sigue y hay que seguir viviendo.

Debemos luchar nuestras batallas, no rendirnos sin luchar, hacer todo lo que haya que hacer por vivir, para que cuando un final inesperado llegue nos encuentre sin cargas porque lo dimos todo, lo hicimos todo por nuestro ser amado, el se irá en paz y nosotros solo sentiremos el dolor de su ausencia y no remordimientos por lo que pudimos hacer y no hicimos.

Esta es mi participación en el concurso de la amiga @anasuleidy, quien nos invita a compartir nuestra experiencia de vida con el cáncer, anímate a participar, acá te dejo el enlace

Invito a los amigos @esthersanchez, @cruzamilcar63 y @aplausos

Gracias por leerme, te deseo salud y bienestar; además de éxito en todos tus proyectos de vida.

Las imágenes son de mi autoría, captados con mi celular Infinix Smart 8 Pro y rotuladas en Power Point.

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^{Banner cortesía de @blessedlife}