LUNES DE ESCRITURA: EL PUENTE

EL PUENTE

"imagen creada en canva"

Hace miles de años, los antiguos contaban la leyenda de un puente tenebroso.

Decían que estaba oculto entre la niebla de un camino al que estaba prohibido acceder, que había una bestia horrenda en un extremo, que te perseguía hasta atraparte y alimentarse de ti.

Y al otro extremo en cambio era custodiado por un ángel grande y protector que no dejaba que la bestia escapara.

Los ancianos decían que ellos vivían en constante lucha, y que algún día uno finalmente vencería al otro, y que entonces la humanidad gozaría de paz y habría fiesta o por el contrario, sería nuestro fin…

El miedo y la incertidumbre estaban presente a diario, desde que los aldeanos se levantaban para labrar la tierra intentando obtener frutos, a cazar si tenían suerte alguna ave para alimentarse e incluso cuando se iban a la cama por las noches y aseguraban las entradas de sus tiendas para qué los vecinos no robaran sus provisiones.

No había paz, sólo discordia, avaricia y miedo.

Había una niña en la aldea, su nombre era Luz, era la última de una familia de 6 hijos, tenía la fama de ser imprudente y distraída en los quehaceres, frecuentemente salía al campo intentado ver más que sólo hierba seca y se quedaba hasta la noche para admirar el cielo nocturno.

Un día se alejó más de lo provisto de casa, recorrió todo el campo de hojarasca hasta el extremo, pero su intriga hizo que sus pies caminaran más allá del límite de la aldea, ella quería ver más que lo cotidiano, quería nuevas aventuras, más historias para contar.

Así que rompió la principal regla de los antiguos.
“Nunca cruzar el límite de la aldea”

Sus pies desnudos pisaban con delicadeza las ramas secas de lo que parecía que antes había sido un bosque frondoso y verde, sus manos no tardaron en correr en dirección de la niebla en la que en una milésima de segundo se vio envuelta.

Una carcajada sonora salió de sus labios, su corazón latía con fuerza, en una reacción impulsiva sus piernas se movieron con rapidez tratando de escapar de la niebla, sus ojos no eran capaces de observar más allá y el sentimiento de angustia comenzó a hacerse presente.

Más tarde la desesperación se apoderó de ella y empezó a dar vueltas intentando escapar, en un movimiento brusco sus pies se enredaron y sus rodillas impactaron contra el suelo.

Presionó sus ojos con fuerza sintiendo el dolor en sus heridas y luego los abrió.
Frunció el ceño sorprendida por la imagen que sus ojos captaron.
Su corazón se aceleró y lentamente se levantó del suelo sacudiendo la tierra de su vestido.

Era una especie de ser celestial que resplandecía, su rostro era casi indivisible por la claridad. Ella luego de unos segundos no pudo resistir y apartó su vista.

— ¿Quién eres? — preguntó ella

—Soy el guardián del puente… — replicó — y tú pequeña humana ¿Cómo llegaste hasta aquí?

Ella permaneció en silencio, recordaba la historia de los antiguos.

Dejó caer las manos de su rostro y luego lo enfrentó con la mirada.

La luz que antes resplandecía no estaba, pudo observar su rostro cincelado y su cabellera rubia.

— ¿Eso quiere decir que del otro lado hay una bestia? — inquirió con intriga la pequeña

Él no tuvo oportunidad de responder cuando se escucharon algunos llantos desgarradores.
Ella dio un pequeño brinco de la impresión.

—La bestia llora todos los días tratando de hacer que sus víctimas sientan compasión por él, así pueden acercarse y él puede devorarlos.

Ella se colocó de puntitas para observar un poco más allá del puente, la niebla estaba un poco esparcida y no podía observar con claridad, sólo veía la figura abstracta de lo que estaba del otro lado.

— ¿Hay alguien allí?...
Escuchó de repente.

Se sobresaltó y giró para observar al guardián, quién colocó su mano sobre la boca de ella y le indicó que permaneciera en silencio.

—Él no puede saber que éstas aquí— murmuró

Ella asintió.

— ¡Si hay alguien allí debe irse ahora mismo!, ¡corre! — gritó

Ella trataba de observar entre la niebla, dándole la espalda al guardián.

— ¿Por qué dice eso? — susurró para si

Se acercó un poco más y sus pies tocaron el principio del puente.

— ¡CORRE! — Gritó nuevamente — ¡ALÉJATE!

Ella se acercó más y más.

La niebla se disipó lo suficiente como para que ella pudiese ver a la figura del otro.

Se sobresaltó y dio un paso hacia atrás.

— ¡No puede ser!— chilló en un manojo de nervios.

Volteó rápidamente enfrentando a la figura detrás de ella.

— ¡No eres el verdadero guardián! — reclamó confrontando a lo que antes había sido un ángel resplandeciente, y lo que ahora era una bestia de 3 metros de altura con garras enormes y dientes afilados.

Negó con la cabeza mientras sonreía con malicia.

— Es muy tarde para ti, niña tonta.

Ella trató de correr con toda su fuerza al otro extremo, pero en cuestión de segundos sus pies se despegaron del suelo y sintió un hedor nauseabundo proveniente de la boca de la bestia.

—NOOO — gritó desesperada.

Acto seguido, una espada resplandeciente y afilada se clavó en el pecho de la bestia, ella se liberó de él y observó como el verdadero ángel derrotaba a el monstruo.

— ¡Gracias! — dijo en agradecimiento

—Gracias a ti por ser valiente y atraer al monstruo hasta aquí para poder matarlo — dijo el ángel sonriéndole — en recompensa, tú y todo tu pueblo pueden vivir en el verdadero paraíso, en el extremo al que pertenecen, donde hay esperanza, paz y no existe el miedo.

Luz y toda la aldea regresaron a la tierra a la que verdaderamente pertenecían, donde no había miedo y discordia, donde los campos eran verdes, la tierra fértil y donde podían habitar en armonía y ser felices.

Autor: Grace Alexandre
Fecha de creación: 24/05/2021
Nota de autor: historia alegórica a el impacto de "La Verdad y La Mentira" en la humanidad. A veces vivimos tan engañados por la mentira que vivimos temiendo la verdad.