¿Sabes por qué el mar es tan grande? ¿tan inmenso? ¿tan poderoso ? Porque tuvo la humildad de ponerse algunos centímetros abajo de todos los ríos... Sabiendo recibir, se volvió grande. Si quisiera ser el primero, muchos centímetros encima de todos los ríos, no sería mar, sino isla. Toda su agua iría para los otros y estaría aislado. La pérdida forma parte de la vida. La caída forma parte de la vida.
La muerte forma parte de la vida. Es imposible vivir en plena satisfacción. Necesitamos aprender a perder, a caer, a equivocarnos y a morir. Imposible ganar sin saber perder. Imposible andar sin saber caer. Imposible acertar sin equivocarse. Imposible vivir sin saber vivir. Si tú aprendes a perder, a caer, a equivocarte, nadie podrá controlarte. Porque lo máximo que te puede ocurrir es caer, errar y perder. Y esto tú ya lo sabes.
Bienaventurado aquel que ya consigue recibir con la misma naturalidad el logro y la pérdida... el acierto y el error... el triunfo y la caída.
Amigo lector, más que apreciar la humildad, el mundo aplaude los grandes éxitos y se solaza con el glamur de la belleza, las altas posiciones y los grandes números.
Se prima la arrogancia, la soberbia y el orgullo, figurar y sobresalir a costa de lo que sea, ser objetos de admiración y reconocimiento. Antes de actuar, piense que muchas de sus actitudes responden a su necesidad de reafirmar su ego ante terceros, que así como tiene defectos que puede superar, también posee límites y deficiencias que debe reconocer, que el humilde acepta sus errores y puede corregirlos, pero el soberbio, irremediablemente se quedara con ellos. Haga lo que le dicte su conciencia o acabará viviendo como piensa. Aprecie lo que tiene y vea las cosas como son. Para conocer y valorar a nadie, primero conózcase y valórese a sí mismo. Antes de ver la viga en el ojo ajeno, véala en el propio... Haga por otros lo que quisiera que ellos hicieran por usted.Que lo que más le agrade y/o más le moleste sea la guía de lo que debe hacer y/o evitar en su trato con la gente. Asienta que lo más importante no es lo que consiga, sino el reflejo de su positivo actuar y su trascendencia por la vida. Busque un propósito, no una posición. Sea una persona generosa, agradecida y honesta. Admire, respete y reconozca el valor de los demás y muéstreles honor y aprecio. Ayude a otros por lo que son, no por el provecho que pueda obtener de ellos. No busque elogios ni alabanzas.
Acepte que a pesar de sus valores y sus cualidades, no se encuentra por encima de nadie. Haga de la humildad un modo de vida. Que su máximo orgullo sea ayudar a sus semejantes y su mejor muestra de modestia sea solicitarles su apoyo. Recuerde el sabio consejo: “Dar y dar más es la única manera de... tener y tener más”.