Como de costumbre no me gustaría iniciar sin antes enviar el más cordial y sincero saludo a todos mis lectores, agradeciendo de corazón el tiempo que dedican a leer mis artículos, esos comentarios tan complementarios del tema y los consejos para mejorar (cuando vienen).

Siendo honesto los últimos días han sido días difíciles pero gracias a Dios de nuevo puedo estar con ustedes entregando un artículo más que espero pueda ser de su agrado.

Acostumbro a leer las noticias cada día que puedo pero los últimos días pareciera que en lugar de noticias leía el apocalipsis, como si ya no tuvimos suficiente dolor y preocupaciones con COVID ahora que ese tema es casi parte del pasado parece que intentamos demostrar que somos mas eficaces que cualquier virus cuando de perturbar la paz de nuestros semejantes se trata.

La guerra en Ucrania, el invierno que tendrán que enfrentar las personas en Europa sin el suministro de gas que proveía Rusia (con probabilidad de que algunos no logren sobrevivir al invierno 😥), el aumento de tensiones entre China y EEUU, el desplome de la economía de algunas potencias, algunas noticias tristes de cosas sobre mi país y otras cosas personales por un momento sentí que tenía algunas toneladas de peso sobre mí.

Pero acudí a la Palabra de Dios para recordar algo importante que aprendí y que me gusta aplicar en circunstancias así, vivir un día a la vez, no afanarse por el día de mañana.

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EL TIEMPO

Sin duda alguna el tiempo es uno de los regalos más grandiosos que nos ha dado Dios, es lo que evita que todos los eventos ocurran en tu vida en un solo instante, de modo que está determinado que los eventos ocurran cada uno en su tiempo, como escribió un hombre muy sabio, todo tiene su tiempo.

Pero nosotros tenemos una mente que parece estar pensando en todo tiempo, sí, incluso cuando estamos dormidos, así intentamos imaginar como será el futuro basándonos en datos del presente y luego que tenemos una conclusión la tomamos como cierta, entonces comenzamos a preocuparnos por lo que ocurrirá trayendo al presente las preocupaciones del futuro y cuando estas se suman a las preocupaciones del presente nos encontramos sobrecargados.

Yo puedo ser diligente en el presente para intentar obtener un futuro agradable, como la hormiga y otros animales que acumulan alimentos en el verano (presente) para tener sustento cuando no puedan buscarla en el invierno (futuro), eso está bien porque son hechos, los personajes están actuando en pro de un beneficio y no hay emociones involucradas (responsables de perturbar las aguas de nuestra mente). El problema está cuando solo nos limitamos a pensar en el futuro y en lugar de hacer algo para evitar los males que traerá (suponiendo que vengan males y sea posible evitarlos).

Cuando nuestro cuerpo es estático pero nuestra mente se va al futuro y comienza a vivirlo comienza nuestro corazón a llenarse de preocupaciones por cosas que tal vez ni siquiera sucedan y estas preocupaciones pueden terminar trayendo enfermedades a nuestras vidas.

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¿Qué hacer?

Como dije, el futuro es incierto y aunque los datos del presente puedan arrojar muchas conclusiones para un futuro preocupante, en el ahora solo debo hacer lo que pueda hacer para prevenir momentos malos, pienso que en los eventos que ocurren tanto en el mundo como a nivel individual una parte depende de nosotros pero la otra parte depende de Dios.

Pensando en eso intento hacer mi parte y aquello en lo que no hay nada que pueda hacer entonces le pido al que si puede (Dios) que si es posible intervenga. Recordando que de lo único que soy dueño es de mi presente, el pasado ya se fue y en el futuro no puedo actuar, entonces debo enfrentar las cargas del presente y las que existan en el futuro vendrán cuando ese futuro se convierta en presente.

¿Haz notado que al parecer se nos da una porción diaria de fuerzas?, una persona no puede trabajar por tiempo ilimitado, llega el punto en que el cuerpo le exige descansar como una señal de que se han agotado las fuerzas y es necesario dormir para recargarlas.

Si pensamos en eso es limitado lo que podemos trabajar a diario, sería imposible intentar hacer todos los trabajos de un año en un solo día, en primer lugar no podríamos y en segundo lugar quedaríamos sobre cargados pero si cada día hacemos parte del trabajo cuando pase el año habremos terminado el trabajo y aun tendremos fuerzas, de la misma forma funciona la mente con las preocupaciones.

Es pues necesario vivir un día a la vez y si pensamos en el futuro que sea para actuar de forma correcta en el presente y no para preocuparnos por cosas que solo Dios sabe si ocurrirán y solo Dios tiene el poder para cambiar.

De esta forma solo me queda acudir a Dios para pedir por todas las personas que enfrentaran situaciones difíciles, mis grandes amigos e incluso personas desconocidas, el sistema mundial parece volverse cada vez más hostil y solo nos tenemos unos a otros (los que no ambicionamos poder) y a Dios.

Gracias por haber leído un artículo más que con mucho gusto escribo para ti.

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