Un día en mi vida como hombre en Venezuela. Vivo en una ciudad del centro del país y trabajo como mecánico en un taller.
Mi día comienza temprano, a las 6 de la mañana, cuando me levanto para tomar una ducha rápida antes de salir de casa. Desayuno, me preparo una taza de café y tostadas con queso. Es un desayuno sencillo, pero es lo que podemos permitirnos con los bajos ingresos que tenemos.
Luego, me dirijo al taller en mi motocicleta, ya que es más rápido y económico que tomar el transporte público. En el taller, comienzo a trabajar en los coches que están en el taller para reparar. Es un trabajo duro, pero me gusta la sensación de arreglar algo y devolverle su funcionamiento a las personas que lo necesitan. Además, el taller es propiedad de un amigo mío, lo que me hace sentir más seguro en mi trabajo.
A media mañana, suelo tomar un descanso para tomar un café y un pequeño refrigerio. Durante mi descanso, me gusta hablar con mis compañeros de trabajo sobre temas variados, desde deportes hasta política. En Venezuela, la situación política es un tema constante de conversación, ya que afecta nuestras vidas en muchos aspectos.
En mi tiempo libre, me gusta leer y aprender cosas nuevas. Últimamente, he estado aprendiendo sobre mecánica de motocicletas eléctricas, ya que creo que este será el futuro. Además, también me gusta pasar tiempo con mi familia y amigos, disfrutando de una buena parrilla o viendo una película juntos.
A las 6 de la tarde, cierro el taller y me dirijo de nuevo a casa. En el camino, aprovecho para hacer algunas compras en el supermercado. La inflación es alta en Venezuela, por lo que los precios son cada vez más elevados. Sin embargo, trato de comprar lo necesario para mi familia.
Por la noche, ceno con mi familia. Preparamos una cena sencilla, una pasta con pollo.
Antes de dormir, reviso las noticias en mi teléfono celular. Me preocupa la situación del país y de nuestra economía. Pero también me siento agradecido por lo que tengo, mi familia, mi trabajo y mis amigos. Espero que las cosas mejoren en el futuro, pero mientras tanto, seguiré trabajando duro para darles lo mejor a los míos.
Así termina mi día, un día en la vida de un hombre en Venezuela. Un día lleno de trabajo, familia, amigos y esperanza.