SV-LUNES DE ESCRITURA / Los helados eran ilegales si no eras rico.

Esta es una historia que me conto un amigo mexicano, cuando visite ese hermoso país; el volcán Popocatépetl o Don Goyo para los mexicanos, con su forma cónica y su cumbre a veces Nevada es uno de los volcanes más activos y bonitos de México, tiene 5.393 metros de altura desde donde se domina el valle de Puebla y Tlaxcala hacia el este, y el Valle de México hacia el oeste.

Cuando está muy activo no se permite subir al volcán, pero es una costumbre que tienen las personas que viven a sus alrededores desde siempre, desde antes de la colonia, se hacen ceremonias para pedir que llegue la lluvia que riega los cultivos y que no caiga granizo que los dañe, esto lo hacen actualmente los habitantes de Santiago xalitzintla uno de los pueblos más cercanos dejándole a la montaña alimentos como ofrenda, pero los antiguos pobladores también subían por algo increíblemente valioso en esa época que ahora tenemos disponible siempre y a unos cuantos pasos hielo.

Los refrigeradores son algo que ha existido en el hogar promedio por 70 años, pero antes del refrigerador pues todo lo que no eran conservas o salmueras se tenía que consumir el mismo día que había sido cocinado y todo se tenía que comprar fresco del mercado para prepararlo cada día.

Pero si por casualidad vivías cerca de una montaña Nevada podías almacenar comida en estos lugares de forma natural refrigerada y lo mejor de todo podías comer nieve de sabores y refrescarte con aguas de frutas con hielo, algo que el resto de la gente que no vive cerca de una montaña nevada no pudo hacer hasta 400 años después.

En la conquista a partir del 1600 el gobierno de la Nueva España controlaba por medio de monopolios los lugares donde se podía recolectar hielo y nieve de las montañas, se llamaban estancos, eran controlados por gente rica y eran los únicos que tenían permitido explotar el valioso recurso del agua congelada.

El costo de las nieves de frutas o los helados, que ya eran preparados con leche y huevo, eran inaccesible para la gente común y esto originó a los funcioneros, vendedores clandestinos de nieve; imagínense los helados fueron ilegales para gente como tú, fue una locura.

Esto duró hasta 1854 cuando por medio de un decreto se disolvieron los estancos de nieve, liberando el negocio para el resto de los interesados y la gente común y corriente pudo por fin disfrutar de un helado de vez en cuando, en celebraciones como fiestas patronales hasta que llegaron los refrigeradores y nuestra vida fue infinitamente más fácil.

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