Hoy quiero compartir una de esas anécdotas que solo le ocurren a mí y a mi inseparable amigo, el Pato Lucas.

Fue un día cualquiera, uno de esos en los que decidí hacer una larga caminata por el centro, disfrutando del aire fresco y del bullicio del mercado. Después de recorrer varios puestos, cargada de bolsas repletas de frutas y comida, finalmente subí al autobús que me llevaría de regreso a casa. La felicidad de haber conseguido todo lo que quería me acompañaba, pero el destino tenía otros planes algo preparados para mí.🙄

Cuando el autobús llegó a mi parada, me puse de pie y, en un momento de confianza, me dirigí hacia la puerta. Justo cuando estaba a un paso de bajar, ¡zasss!🥴 El suelo pareció abrirse ante mí y caí de jetas, haciendo que las bolsas de mercado volaran en todas direcciones. Las naranjas rodaron como si estuvieran compitiendo por ver quién llegaba más lejos, y las verduras decidieron hacer una fiesta en el pasillo del autobús.

En medio de ese caos, un señor que estaba sentado me miró con sorpresa y, con una mezcla de preocupación y asombro, me preguntó: "¿Te caíste?".

Sin pensarlo dos veces y aún con la risa nerviosa a flor de piel, le respondí: "¡Nooooo! Yo estoy acostumbrada a bajarme así!". La respuesta salió disparada como una broma sin filtro y, en ese instante, el autobús estalló en risas. A pesar de la rabia que sentí por mi torpeza, en lugar de enojarme, esa ocurrencia me provocó una risa contagiosa.🤓🤓🤪

Hasta el Pato Lucas, que siempre está a mi lado en mis locuras, parecía estar riéndose de mí, como si dijera "¡Eso es lo que pasa por no mirar por dónde caminas!"

Así que allí estaba yo, en medio de un mar de frutas y risas, sintiendo que, aunque me caí, el humor siempre puede levantarme.

Esa anécdota se quedó grabada en mi memoria y, cada vez que me acuerdo, no puedo evitar sonreír.

"Solo a mi y al Pato Lucas".

¡Hasta la próxima! Siempre habrá más aventuras que contar.

Invito a tres amigss a participar. @lauraz10, @haidee y @joseliscoll

Aporte de 25% a @null

Nota: No tengo fotos del momento, pero puedo asegurarles que la escena fue digna de una película de comedia. ¡A veces, las mejores historias son las que no se pueden capturar con una cámara!