El viento azota mi rostro ya insensible por el frío, una lágrima se congela a la altura de mi mejilla, el corazón me late como si nunca hubiese palpitado antes y puedo sentirlo, sentir cada latido de mi corazón, puedo sentir como retumba dentro de mí, a lo lejos escucho voces de inocentes niños, pequeñas y dulces voces llenas de alegría y gozo totalmente ajenas a mi dolor, totalmente ajenas a cualquier dolor.
Vienen a mi memoria recuerdos de mi niñez, cierro mis ojos y puedo ver con claridad esos momentos de felicidad que hoy parecieran totalmente ficticios, puedo ver a mi padre acostado en un sillón junto a la cocina viendo las noticias del día, mientras mi madre cocina con una inexplicable sonrisa en su rostro, hoy me doy cuenta que detrás de aquella hermosa y reconfortante sonrisa había una mirada cansada y triste, en ese momento me acerco mi padre en el cuerpo de una pequeña niña de 6 años recostandome de sus piernas volteo el rostro buscando sus ojos, Él con fingida molestia me toma entre sus brazos y me deja recostarme sobre su pecho, puedo sentir su corazón latiendo como hoy en día late el mío.
El aroma que inunda el lugar es exquisito, ¿Que es? ¡Si! ya recuerdo, ¡arroz con leche¡ mi favorito, el olor hace salir del cuarto a mis hermanas, todas mayores que yo, ningúna mayor de 15 años, papá me levanta de su pecho y yo lo ayudó a incorporarse al lado del sillón, vamos todos a la mesa, mamá se acerca silbando una canción con mucha alegría, estamos todos emocionados hablando y riendo mientras nos sirve la merienda, esperamos a mamá y tomandonos de las manos damos gracias a nuestro padre celestial.
Puedo sentir sus tibias manos entre las mías, sonrío, y al abrir mis ojos veo nuevamente este cielo nublado que me envuelve, ¡que hermoso pasado! no sé si mi mente inventó este recuerdo para curar mi corazón herido, pero si así fue lo atesoro de igual manera y lo disfruto cada vez que viaja a mi presente para hacerme sonreír.
Hoy mis padres y hermanas aún viven, y aunque geográficamente estamos cerca, espiritual y humanamente hablando estamos a años luz de distancia, forzosamente sale de mi boca un "Te amo" siempre chocando contra mis dientes y atorandose entre mis labios, porque sé que de regreso no lo voy a obtener, es como si esa pequeña frase se quedara atorada en los oídos de mis padres y hermanas, el no escuchar ni el eco de mi voz con ese "Te amo" que tanto me costó soltar de mi corazón, entristece mi alma y mi único consuelo es que el amor que hay en mi es infinito, pues proviene de Dios es Dios que me da el amor para darle a ellos y aunque no les guste escucharlo yo seguiré diciendocelos, aunque me duela no tener un "yo también" de vuelta, tengo fé que en algún momento lo harán y si no fuese así de Igual manera los seguiré amando, cada día que pase llenandolos de amor, es un día menos para ese momento en donde mis oidos puedan escuchar de vuelta un... "yo también te amo".
Espero les haya gustado mi participación el día de hoy, es bonito para mí compartir con ustedes mis recuerdos y añoranzas.
Si desean conocer más acerca de mí, aquí les dejo mi presentación