"¿POR DONDE COMIENZA?"
Si pudiéramos realizar un tipo de encuesta sobre "la sana doctrina" (mala palabra para muchos liberales), deberíamos entrevistar a las viejas generaciones, los que aún están vivos, los más ancianos de cada congregación, los que vieron no solo pasar el tiempo, sino también varios predicadores y pastores.
La encuesta tendría que tener ciertas preguntas estratégicas, por ejemplo: ¿Cómo era la doctrina cristiana cuando usted comenzó en el evangelio?...¿Cuáles eran los requisitos en ese tiempo y si los había, para ser miembro de la iglesia?...¿Cómo se hacían los bautismos?...¿Cómo eran los cultos hace cincuenta años atrás?...¿Cómo era la música de la alabanza?...¿Cómo eran conocidos los cristianos?...¿Cuándo sucedieron los cambios?
Lo sorprendente en las respuestas que obtendríamos, es que la enorme mayoría coincidiría en señalar los cambios, nada es igual, ni siquiera las reuniones, muchísimo menos las doctrinas cristianas, todo se modernizó, se desacralizó, se perdió la reverencia, la santidad, y sin profundizar demasiado, porque si preguntáramos sobre la consagración, sobre las oraciones, ayunos, vigilias, estudios bíblicos, muchos de estos antiguos hombres y mujeres derramarían lágrimas de nostalgias.
¿Que sucedió con aquellas congregaciones?...¿Qué sucedió con sus pastores?
Todos los liberales de hoy, los apostatas y profanos que ocupan el podio de la fama, nacieron, se criaron, practicaron, y proclamaron la llamada "sana doctrina", ninguno desconoce la buena palabra o como Pablo le llama "la fe sana", "sanos en la fe", solo que para corroborarlo hay que tener varias décadas en los caminos del Señor, de esa forma sabemos de donde han salido:
"Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros" (1 Juan 2:19)
Cuando hablamos personalmente con todos estos "reformadores", que "evolucionaron el evangelio", te dicen: "Yo me crié, o yo nací, en tal o cual forma de doctrina"..."Antes era así"..."Cuando yo comencé era así"...¿Qué les sucedió?...¿Cuando estuvieron equivocados, cuando comenzaron o ahora?...¿Cuál era el "otro evangelio"?, ¿el de sus principios o el que ahora pregonan? Porque si Dios no cambia ni se muda y su palabra es la misma, (Pasará el cielo y la tierra y mi palabra no pasará), se supone que también el evangelio debería ser el mismo.
Mudaron simplemente porque no pudieron negarse a si mismos, mudaron por conveniencias, en aras del "éxito", la prosperidad o la popularidad, no estuvieron dispuestos a pagar el precio, a otros se les escaparon de las manos familia, hijos, esposas, el mundo les contaminó, y tuvieron que cambiar, antes de reconocer su fracaso adaptaron el mensaje, lo modernizaron.
¿Cómo podría enseñar a la iglesia cuando no puedo con mi casa?
Para una gran mayoría el "ministerio" les ha sido como "una droga", adictivo, imposible de dejar, las congregaciones han funcionado como las monarquías, sus "reyes" solo dejan "el trono" cuando mueren.
Así sus matrimonios se hagan pedazos, divorcios escandalosos, juicios y demandas millonarias, hijos que han sido la vergüenza de sus prédicas, amoríos clandestinos, hijos naturales, fraudes y lavado de dinero, enseñanzas apóstatas y herejes, prácticas anti bíblicas, misticismo y psicología vergonzosa. Pero se debe continuar, hay muchos intereses en juego.
La tentación para cambiar está y estuvo siempre, solo por poner un ejemplo: Si Juan hubiera acomodado su mensaje para el rey, hubiera disfrutado de la fiesta de cumpleaños en el palacio, si no hubiera sido tan radical, si no se hubiera metido en la vida personal del monarca, ¿Por que tuvo que decirle que el amorío con su cuñada no era lícito?, esto le costó perder la cabeza (fue decapitado), pagó el precio por no cambiar, adaptar o suavizar su mensaje, los que cambian no están dispuesto a pagar ningún precio.
Sergio Gebel