Me gusta jugar juegos de mesa, porque me entretienen mientras que aprendo cuestiones valiosas con ello. Hablo aquí de juegos tales como ajedrez, poker, "reto al conocimiento" y "Monopoly" entre muchos otros. Pero la verdad es que, entre todos los mencionados, uno de mis favoritos es el juego del Monopolio (o Monopoly, por su nombre en inglés). Sí, estoy hablando de ese juego donde compites con otros mientras vas avanzando en un tablero en función de lo que te sale en los dados y vas comprando (con dinero ficticio) propiedades a lo largo del camino. ¿Lo conoces?

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¿Por qué me gusta tanto Monopoly?

Por muchas razones, pero en esencia, porque es como la vida misma, es decir, este juego nos muestra la dinámica económica de la vida. Nos enseña la importancia del dinero en un sentido profundo, pero de una manera simple, casi imperceptible. También me gusta porque para ganar en este juego debes tener una pizca de suerte, ya que hay un pequeño elemento de azar (como en la vida misma también), por lo que si no tienes una visión adecuada del dinero, las inversiones y la economía, entonces desperdiciarás las oportunidades cuando se presenten y terminarás perdiendo el juego.

Otra cosa que me gusta de "Monopoly" es que en muchas formas, nos demuestra que en cuestiones de economía, siempre tenemos que estar alertas, preparándonos, estudiando, y manejando nuestra parte mental y emocional (tal como sucede en el trading). También nos enseña que en el camino a la riqueza encontraremos altibajos, pero que el inversor competente siempre encontrará una manera para lograr sus objetivos.

Otra cosa por la que me gusta el juego del monopolio, es que nos enseña, además, que las oportunidades de riqueza pueden pasar por nuestra puerta varias veces en la vida, pero hay ocasiones en que una buena oportunidad de ganancia pasará una sola vez, de allí la importancia de estar atentos y prestos a aprovecharlas.

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¿La ambición es mala?

Una creencia que se ha generalizado mucho en el mundo desde siempre, es que la ambición de riqueza es mala, pero gracias a Monopoly, podemos entender que ello no es así realmente. Porque el dinero es simplemente imprescindible en la vida de todo ser humano y nadie escapa a esta realidad. Con dinero cubrimos nuestras necesidades de comida, servicios públicos, transporte, ropa, medicina, techo y más; así que el postulado que dice que el dinero y la ambición son malos, es una falacia y de las gordas.

Ahora, habiendo aclarado que la ambición "per sé" no es mala, hay que decir también que lo que está mal realmente es la ambición mal canalizada, porque es ella la que conduce al desastre en un sentido o en otro en la vida de las personas. Porque un deseo de riqueza que nos lleve a prepararnos cada día más para ser inversores más sabios, debe entenderse como una ambición bien canalizada. Pero una ambición que lleve a querer pasar por encima de todos y de todo, con tal de enriquecernos es la fórmula perfecta para el fracaso.

Monopoly nos enseña además que una ambición que se acompañe de ignorancia e inacción, también está mal canalizada y no puede llevar al éxito. Por lo tanto, en resumidas cuentas, si la ambición conduce a una persona a esforzarse cada día más a trazarse objetivos financieros sólidos, lógicos e importantes y va acompañada de acción oportuna, entonces es esencialmente algo bueno. Pero en el caso contrario, la ambición solo lleva a la frustración de no conseguir las metas de riqueza, lo que lleva a la quiebra y al resentimiento.

Las lecciones más importantes que nos enseña Monopoly

En el juego de Monopoly podemos comprar propiedades inmobiliarias individuales o empresas de servicios públicos que nos van generando rentabilidad, a medida que se va desarrollando el juego (a medida que a los demás jugadores les va tocando pasar por ellas). No obstante, de todo, lo más rentable son las propiedades inmobiliarias, porque son las que permiten ir construyendo un capital financiero, y porque por medio de la compra de propiedades simples (como las casas), podemos en algún punto ir adquiriendo propiedades más complejas y rentables, como los hoteles.

Esto nos enseña la valiosa lección de que las propiedades inmobiliarias son una gran fuente de enriquecimiento y que, como tal, debemos procurarlas, pero más allá de eso, el juego del Monopolio nos permite aprender muchas otras lecciones valiosas sobre finanzas, esa es la verdad. Sin embargo, a mi modo de ver, existe una lección que es la más importante de todas las que nos puede brindar este juego: Estoy hablando acerca de la naturaleza intrínseca del dinero y el valor de la liquidez monetaria. La lección es simple, pero muy valiosa: El hecho de siempre tener y estar generando constante flujo de efectivo es lo que aumenta nuestro nivel de liquidez monetaria.

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Monopoly nos enseña la importancia de tener y generar constantemente flujos de efectivo, ya que es fundamental para tener riqueza financiera. Porque las propiedades son importantes en tanto nos permitan aumentar nuestra liquidez financiera. O dicho de otra forma, mientra aumenten el efectivo disponible en nuestros bolsillos.

Otra lección que podemos aprender con este juego es que tu máximo rival no es quien tú crees, porque en Monopoly estás compitiendo contra otros rivales, pero más importante aún, estás compitiendo contra ti mismo y contra las dificultades que el azar y tu nivel de preparación financiera te van originando. Así que tu máximo rival eres tú mismo (como en el trading). Y es allí donde entiendes la importancia de aprender a invertir sabiamente tu dinero.

Es por todo lo que he mencionado que me encanta este juego y por lo que lo recomiendo a todo el mundo a cualquier edad.

Espero mi post les haya parecido útil e interesante. Por favor comenten.