Hola mis estimados amigos digitales de la plataforma.
Gracias a la amiga @miyexi por proponer este tema, que nos invita a explorar en episodios que hemos vivido, pero también a compartir esos momentos con otros, para sentirnos más ligeros y conectados.
También quiero invitar a @fannyescobar @eliangeantequera y a @sabrip para que se unan a esta dinámica. Seguramente tendrán alguna interesante experiencia por aportar.

Un Lugar Seguro

El ejercicio de soltar algo o a alguien, siempre se aplica cuando tienes un peso que ya no debes cargar, ya sea porque no te conviene, o porque simplemente debes entender que forma parte de una etapa cumplida. Lo vivido, lo anterior pudo ser bueno o malo, pero hay un momento de quiebre que te obliga a entender que ahora lo debes soltar.

Un lugar seguro

Yo siempre he viajado. Desde niño lo hacía con la familia, y de joven lo hacía con los scouts. Más tarde fui mochilero y me encantaba -y todavía me encanta- viajar. Cada recorrido era una aventura, una oportunidad de conocer nuevos lugares, coleccionar nuevas historias, tejer nuevas amistades.
Incluso recién graduado de periodista me fui a vivir y a trabajar un año en otra ciudad, en el otro extremo del país. Luego regresé, seguí viajando, volvía a regresar. Me fui a vivir yo solo en un departamento, y luego me casé.
Porque así lo quiso el destino, regresé a vivir con mi esposa a la casa de mis padres, de mi infancia. Bueno, a una casa diferente, al lado de la casa de mis padres.
Y me di cuenta que ese era mi lugar seguro. Por más que viajara y me moviera por el mundo, siempre podía regresar a ese lugar tranquilo en el que estaba sembrado mi corazón.
No eran solo las paredes y el techo que habían construído mis padres, no era solo el patio en el que jugué de niño y en el que vi crecer a mis hijos. Era la caja fuerte en el que depósitamos el corazón para que estuviera seguro.
Pero la crisis económica, política y social me hizo replantearme esa necesidad de sentirme anclado a un sentimiento hogareño.
A mediados de 2017, como muchos otros en Venezuela, decidí emigrar.
Fue en ese momento que supe que tenía que soltar mi lugar seguro. Fue un duelo, no solo separarme de mi esposa, de mis hijos, de mis padres, sino también de ese pequeño mundo en el que había guardado mis recuerdos y sentimientos más profundos.
Sabía que en algún momento volvería a los brazos de mi esposa y de mis hijos. Sé que en algún momento volveré a abrazar a mis padres. Pero no creo que vaya a volver a vivir en esa casa de mis andanzas, y por eso no podía aferrarme a ese imposible anhelo.
Eso tuve que soltar. Solo así puedo crear nuevos lazos en el sitio que mis hijos recordarán luego como su lugar seguro.

Gracias por llegar hasta aquí. Ahora te invito a comentar qué te pareció. ¿Has tenido experiencias similares?

Para conocer un poco más de mí, aquí te dejo mi presentación