Nuestro entorno social siempre está conformado por familiares, amigos y personas a las que queremos y por las cuales sentimos un alto respeto y admiración, algunas por el vínculo familiar que nos une y otras porque se convierten en nuestra fuente de inspiración por todas las situaciones que les ha tocado experimentar y afrontar en la vida.

Hoy les contaré una historia de vida de una persona por la que siento especial aprecio y que considero es un modelo a seguir por la tenacidad y actitud positiva frente a la vida, que siempre ha demostrado tener, a lo largo de todas las vivencias que ha tenido en los últimos años, de las cuales le haré un breve resumen.

Se trata de un amigo personal y allegado de la familia, que lleva por nombre Monroy, una persona responsable, de conducta intachable, honesta, trabajadora, buen hijo, buen padre de familia, dedicado de lleno a su hogar que compartía con su esposa, dos hijos varones y una hembra.

Monroy no cursó estudios universitarios, después de bachillerato siempre se dedicó al trabajó de chofer en una empresa dedicada al transporte de medicinas y otras mercancías, con cuyo sueldo siempre pudo cubrir sus necesidades y las de su familia.

Siempre se caracterizó por ser una persona dinámica y proactiva, con el paso de los años decidió separarse de la empresa y emprender su propio negocio de manera independiente, para lo cual utilizó los ahorros que tenía guardados y logró comprar un vehículo para trabajar prestando el servicio de taxi ejecutivo.

Con el nuevo emprendimiento a Monroy le iba muy bien, tenía buenos ingresos, logró reparar su casa y además cubrir modestamente las necesidades de su grupo familiar, llevando un estilo de vida de acuerdo a sus posibilidades.

Su negocio era rentable, le hacía viajes más que todo a personas de origen asiático, de esos viajes y contactos, Monroy logró aprender algunos secretos del arte culinario chino, lo cual le sirvió como nuevo emprendimiento o segundo empleo, y los fines de semanas hacía raciones de comida china, las cuales vendía entre amigos y vecinos, logrando así un ingreso adicional para ayudar al presupuesto de la familia.

Un infortunado día del año 2012, de esos que quisiéramos que jamás hubiesen existido, cuando dormía luego de una larga faena de trabajo, a media noche el destino le tendió una emboscada y lo sorprendió un accidente cerebro vascular ACV, que le cambió diametralmente la vida, por lo que fue trasladado al Hospital, donde fue recluido y permaneció por alrededor de un mes en la unidad cuidados intensivos.

Para la familia la situación se tornó desgarradora, fueron días de mucho dolor, angustia y desesperación, económicamente hablando muy difíciles, en primer lugar por ver a una persona que siempre fue activa que llevaba una vida sana y sin vicios, postrada en una cama, además que Monroy era el único sustento del hogar, por lo que la familia quedó a expensas de las ayudas de familiares y amigos durante el tiempo que estuvo internado en el hospital, se podrán imaginar la situación con un niño de pocos meses de nacido, y por otra parte, tener que cubrir los gastos de estudios especiales y medicinas.

Luego de pasado un mes, cuando los médicos no daban esperanzas a su familia y le decían que Monroy no volvería a la vida normal, Dios hizo su obra y comenzó su milagrosamente etapa de recuperación, lo que nos llenó de alegría a todos los familiares y amigos.

A partir de allí comenzó la lucha, Monroy nunca se entregó y movido por el amor hacia su familia, que lo acompaño en todo momento, y con el tratamiento médico mejoró la movilidad de la parte izquierda de su cuerpo que se mantenía inmóvil a raíz del ACV.

Con ayuda de los ejercicios logró levantarse de la cama, demostrando siempre fortaleza y tenacidad, factores que fueron determinantes para su evolución y recuperación de esa terrible enfermedad, a pesar de todo, Monroy nunca perdió las esperanzas y por amor a su familia nunca se dio por vencido, siguió luchando, poniendo de su parte y esforzándose cada día más, por lo que a los meses logró caminar con ayuda del bastón.

Posteriormente inició las terapias, con lo cual a cabo de unos meses recupero la capacidad de caminar sin bastón, dando pasos lentos y a valerse por sí mismo para algunas actividades.

Dos años más tardes, ya Monroy se estaba más recuperado y se encontraba haciéndole viajes a los asiáticos nuevamente, trabajo que realizó por pocos meses y luego se retiró, ya que por su condición se le hacía muy difícil llevar el ritmo de trabajo, por lo que comenzó nuevamente a vender raciones de comida china.

Finalmente en el año 2019 en plena pandemia formó un emprendimiento de comida china conjuntamente con la ayuda de su esposa y la hija, en el cual se mantiene hasta la fecha, convirtiéndose en una fuente de ingresos de la familia, aun cuando no recuperó totalmente su capacidad motora, no ha se ha dado por vencido y sigue manejando y cocinando comida china todavía.

Hoy día, el amigo maneja y lleva una vida normal al lado de su familia, el niño que tenía apenas pocos meses de nacido cuenta ya con 11 años, cuando nos visitamos o reunimos y recordamos esa experiencia vivida, hasta los chistes afloran, pero lo cierto es que fue una situación muy difícil afortunadamente ya superada.

La enseñanza o reflexión que nos queda de este caso tan conmovedor, es que pese a las circunstancias que nos haya tocado vivir, no hay que rendirse frente a las duras pruebas que a veces nos impone la vida, que mientras estemos vivos existe una esperanza y debemos seguir luchando hasta vencer todas las adversidades, que nunca es tarde para empezar de nuevo y cuando se tiene amor por la vida y la familia, además fuerza de voluntad podemos lograr todo lo que nos propongamos.

Sin más que agregar queridos steemians me despido, espero les haya gustado la publicación, hasta la próxima oportunidad.