Otro momento importante para mí, que no tiene precio, es celebrar en familia el día de la Virgen del Valle, todos los 8 de septiembre. Ese día el que está lejos viaja para la celebración, y los que están cerca se acercan, jeje.

Otra cosa que para mí no tiene precio es tener al mar de confidente. Todas las mañanas camino por el malecón de Carúpano; y como he aprendido a ser reservada con mis problemas; el mar se ha vuelto mi mejor amigo. Hablo con él, lloro a su lado, y encuentro la manera de salir airosa de los contratiempos. Además nunca me traiciona, y siempre está dispuesto a escucharme.

Otra cosa que no tiene precio para mí es amar y ser correspondido. Desde hace 29 años vivo con mi marido @acostacazorla. No somos casados, pues no creemos en firmas de acuerdos cuando se trata de sentimientos. Nuestra convivencia se basa en la comunicación, el respeto y las risas. Carlos y yo podemos pasar todo el día hablando de todo sin aburrirnos, desde las cosas más triviales hasta los temas más profundos. Además nos respetamos: Nada de malas palabras ni de gestos groseros, nada de mentiras y traiciones. Y en el menú de esta relación, la risa es como el agua, necesaria para vivir. Carlos es muy gracioso y ambos nos reímos muchísimo. Además, Carlos es el aliado perfecto para compartir malos momentos. No suele juzgar, sino más bien apoyar.

Me gusta ser como los niños y acercarme a las demás personas con intenciones de ganarme un nuevo amigo. Acá tengo varios, por cierto. No tengo malicia, creo que en el mundo hay más gente buena que mala; y me guío por mi intuición para reconocer a quién le puedo abrir mi corazón y a quién no; esta casi nunca me falla. Me gusta compartir como lo hacen los niños, de manera desinteresada y a manos llenas. Si me pongo brava, suelo pasar la página al poco tiempo, para no acumular rencores. Y lo que más tengo de niña es que soy feliz cuando me siento protegida y querida por mi familia y amigos.