Encuentro con lo natural

Esta mañana desperté con mucho sueño, pero al observar lo que estaba frente a mi pequeño jardin me trajo bastante alegría.

Unos pequeños frutos de tomate estaban creciendo sorprendentemente y me puse a pensar, como es esto posible si es raro que coloque semillas de tomate por acá.

De seguro alguna ave dejo estas semillas o algún tipo de roedor que defeco en la tierra, lo más interesante de esto es que la naturaleza es capaz de hacer cosas imposibles con el fin de proporcionarnos esos frutos que de una u otra manera necesitamos.

Yo soy un amante de lo natural y me parece increíble la cantidad de arañas que la naturaleza ha logrado a pesar de la destrucción que ha sufrido por mano del hombre.

Tenemos una variedad de paisaje y diversidad de entonos que incluso no podríamos imaginar, a tal punto que sirven de inspiración para libros, series y películas; incluso se vuelven parte del escenario se las mimas para dar a conocer su arte de forma más espectacular.

Un simple fruto puede ser la base de miles y miles de años de evolución que a su vez es el futuro del mantenimiento de esa especia; no somos nada sin la naturaleza pues nos proporciona vida y justamente todo para que cualquier ser vivo sea alimentado por ella.

Cabe destacar que no solo el hecho de brindarnos una variedad vegetal de nutrientes que también son muy deliciosos a nuestro paladar, sino con también procesar el aire para que seamos capaces de tener una respiración más limpia y pura.

A veces estamos tan metidos en lo nuestro que olvidamos ese simple echo donde la vida depende netamente de la naturaleza y que su diversidad de procesos nos llevan por un camino donde no tenemos ni la más mínima idea de como entenderlos.

Es bastante agradable saber que hay personas que definen incluso con su vida lo que nos mantiene vivos, un simple fruto es capaz de dar miles de semillas que a su vez generan más frutos; esto quiere decir que mientras se mantenga un equilibrio constante de todo se puede lograr una armonía con el ambiente y entregarle al menos un poco de lo que la madre naturaleza siempre nos proporciona.

Desde los más simples hasta los más exóticos cultivos, todo lo verde que nos rodea y el simple echo de hacernos respirar: es como la naturaleza entrega todo por nosotros.