Los antibióticos son medicamentos que se utilizan para tratar las infecciones causadas por bacterias. Sin embargo, el uso excesivo o inadecuado de estos fármacos ha provocado que muchas bacterias se vuelvan resistentes a ellos, lo que dificulta su tratamiento y supone un grave problema de salud pública.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la resistencia a los antibióticos es una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo. Se estima que cada año mueren alrededor de 700.000 personas por infecciones resistentes a los antibióticos, y que esta cifra podría alcanzar los 10 millones en 2050 si no se toman medidas urgentes.
Ante este escenario, es necesario encontrar nuevos antibióticos que puedan combatir las bacterias multirresistentes. Sin embargo, el proceso de descubrimiento y desarrollo de nuevos fármacos es largo, costoso y complejo. Se calcula que se tarda unos 15 años y se invierte más de mil millones de euros en llevar un nuevo antibiótico al mercado.
Por eso, la inteligencia artificial (IA) se presenta como una herramienta prometedora para acelerar y optimizar la búsqueda de nuevos antibióticos. La IA es una tecnología que imita algunos procesos de la mente humana y que puede procesar grandes cantidades de datos e información en poco tiempo.
Un ejemplo reciente de cómo la IA puede ayudar a descubrir nuevos antibióticos es el caso de la halicina, un compuesto químico que fue identificado por un algoritmo de aprendizaje automático desarrollado por investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
La halicina es una molécula que se había sintetizado previamente para tratar la diabetes, pero que nunca se había probado como antibiótico. El algoritmo del MIT analizó millones de compuestos químicos y seleccionó los que tenían más probabilidades de matar bacterias.
Luego, los investigadores probaron la halicina en el laboratorio y comprobaron que era capaz de eliminar muchas bacterias resistentes a los antibióticos, incluyendo algunas cepas de tuberculosis, E. coli o Acinetobacter baumannii. Además, la halicina mostró una baja tendencia a generar resistencia en las bacterias, lo que la hace más duradera y efectiva.
Los investigadores del MIT también utilizaron el algoritmo para explorar otras bases de datos químicas y encontraron otros ocho compuestos con potencial antibiótico. Estos compuestos están siendo evaluados en estudios preclínicos y clínicos para determinar su seguridad y eficacia.
La halicina es el primer antibiótico descubierto por IA y representa un hito en el campo de la biomedicina. Su hallazgo abre nuevas esperanzas para combatir las infecciones resistentes a los antibióticos y demuestra el potencial de la IA para acelerar el descubrimiento de nuevos fármacos.