Cuando oigo y veo a compatriotas arruinados, desnutridos, hambrientos y aún así apoyando al régimen, es cuando comprendo porque existen elecciones de segundo grado. Una persona que aplauda y vitorea cualquier medida por descabellada que sea y que incluso los perjudique a ellos mismos, es la prueba más fehaciente de que no basta con ser mayor de 18 años para sufragar, Se necesita de una madurez cívica que le permita discernir imparcialmente y no entregar un apoyo irrestricto sin importarle las implicaciones que esto acarree tanto para él, como para su núcleo familiar y la sociedad entera.
Es que ni con nuestros seres queridos podemos estar de acuerdo en todo, porque existen diferencias. Pensar que un líder posee cualidades de no errar en nada de lo que ejecuta o propone es revestirlo de características sobrenaturales que definitivamente no están presentes en ningún ser humano por muy versado que sea. Son personas que si se dijera que se va a regalar el Salto Ángel, el Orinoco o la Plaza Bolívar, no dudarían en aplaudir, sin reparo alguno.
Es algo que por mas que uno quiera no se logra comprender una auto destrucción colectiva, me recuerda aquél cuento de la esposa fiel abusada engañada y golpeada por el marido que no le aporta nada descuida a sus hijos, aun así toma decisiones que la perjudican y ella sigue de sinvergüenza y masoquista nivel superior que solo le augura llevarle flores a su sepulcro....
Ese es el problema de la Democracia sin Cultura ni Educación. La ignorancia también elije Presidentes. Y son muy fáciles de manipular