Mi nombre es Maria Andrea me conocen como Mara , tengo 25 años, soy piscis y como toda pisciana amante de las artes. Desde pequeña he tenido una afinidad por el arte y mi primer encuentro con ellas fue en el dibujo y la pintura, la verdad no recuerdo desde cuando dibujo pero siempre me ha acompañado un lapiz y un papel, recuerdo que mis primeros "muñecos" tenían los brazos en la cabeza y solo 4 dedos, le encontré el cariño a crear y darle vida a mi imaginación.

En las tardes y con series animadas empece a practicar, y como buena fan de "Sailor Moon" empece a emular el anime, a medida que crecí me fui interesando mas por el arte y empece a estudiar por mi cuenta los mundos de cada artista, cada estética mas sorprendente que la otra hasta llegar a lo inimaginable. Me tope con Dalí, irreverente, audaz y sin limites, su visión del mundo era lo que el quería, el no vivía aquí, todo era surreal ... y me atrapo. La idea de darle vida a mi propio mundo me abrió los ojos y mas nunca quise estar aquí.

Siguiendo con la ilusión de que puedes crear tu propio mundo me pregunte ¿por que no hacerlo realidad? fue entonces cuando me inicie en la Arquitectura, una carrera hermosa, detallista, masiva e integral en la que voy por séptimo semestre. Me cambio la perspectiva de vida, me mostró que todo lo que te envuelve tiene una razón de ser, a profundizar en cada aspecto, que en los detalles esta la calidad y la autocrítica, siempre se puede mejorar.

Mis padres se dieron cuenta que me gustaba el arte, ya que yo de pequeña les daba shows, les bailaba y cantaba todos los sábados, mi padre es melomano amante del jazz y el blues, por lo que fue la música que me acompaño durante mi niñez en Maracaibo, Venezuela. Soy maracucha, extrovertida, exagerada y amante de los patacones, mas no tengo el acento porque me mude a corta edad a Caracas. Acá me inscribieron en ballet, donde fui un pétalo de una rosa en el baile de día de las madres. En el complejo cultural abrieron audiciones para la coral, donde resulte quedar y a ese profesor, el cual no recuerdo su nombre (tenia 9 años) le debo mucho, ya que me mostró la música.

A la par de la pintura, la música siempre estuvo conmigo, desde entonces empece en corales, ese profesor me dio clases particulares, pasando por la coral del colegio, y el liceo hasta obtener una beca en la coral de Universidad "Santa Maria" mientras estudiaba arquitectura. Soy de las que vive en un musical, mi manera de hablar se torna cantando e inspirada por las princesas de Disney, melodías al hablar hacen tu día mas ameno.

Ya que cantaba todo el día llego el momento de intentarlo y la primera vez que me dieron un solo, colapse, me tuvieron que dar una bolsa para respirar, termine llorando y casi pierdo un lente de contacto, sufría de pánico escénico y no lo sabia, no es lo mismo cantar en corales que cantar sola. Esto me impulso a estudiar teatro musical en su momento, donde estuve solo un año y fue uno de los procesos internos mas fuertes , ya que fue exponerme, sin filtros y ser capaz de manejarlo sola. No aguante la presión, mas después de haber dejado la música como solista por unos 3/4 años actualmente lo retome.

Le debo tanto al teatro musical, me ayudo a crecer, a creer en lo que haces y darle voz a lo que sientes, ya que no tienes 40 intentos para confiar en ti o para arreglar lo que hiciste, es un proceso interno e inmediato, por 3:20 min no hay filtros y eres libre.

Dirty Dancing Ensamble, con Tiempos de Broadway en la Sala Cabrujas

Proyecto personal, en "The showcase" Los Palos Grandes

A veces dicen que una imagen habla mas que mil palabras, yo creo que es un complemento, por que las imagenes tienen una voz, y una melodía te muestra un lugar, todo es cuestión de sentidos.

Toda imagen tiene su propio sonido, solo acuéstate y oye la historia que las nubes te muestran.