Cumple divertido con el -Paintball-

Creería que la mayoría de los niños hemos jugado a la guerra, nuestra imaginación es demasiada amplia, para crear tácticas de escape y de ataque; me enseñaron en la calle que si me conozco a mí mismo; podré interpretar los movimientos de mi enemigo; ese saber interpretar, será mi triunfo o mi perdición.

Mi sobrino fue invitado a un cumpleaños, al estilo Paintball; le preste atención debido a que había que llenar un formulario de autorización, por parte de algún padre. Aunque esta actividad si es bien organizada y con las precauciones instituidas, es bastante lúdica y divertida; es algo diferente decía David. Lo que para nosotros fue un juego callejero, para los chicos del presente es una actividad deportiva.

David trajo unas fotos y bastante emocionado nos contó su primera experiencia con el Paintball. El líder de su equipo les dijo, antes de iniciar: “si veis que avanzo seguidme, si me matan, vengadme, y si retrocedo, eliminadme” -es como un anclaje grupal- Los han llevado a un campo al aire libre adecuado para el simulacro de la guerra. Pues se establecen dos grupos, y con el rifle cargado de bolas de pintura, hay que eliminar a los enemigos.

La instructora, es quién establece unas normas de juego y unos límites; el sitio está cerca de un río; de ahí las precauciones. El uniforme del guerrero consta de: un buzo o camiseta en el este caso, (diferente para cada equipo), peto o pechera protectora; aunque las bolas que se expulsan son gelatinosas, no se deben correr riesgos de ir a lastimar la piel. Lo mismo ocurre con la máscara para el rostro, que es aún más necesaria.

El protector de cuello, también es de uso obligatorio; es un simulacro de la indumentaria de un soldado profesional; pero por tratarse de menores, no se debe dejar nada al azar. El arma es llamada marcadora. Lo que conocemos como rifle, o metralla. Las bolas que se disparan son rellenas de colorantes no tóxicos, biodegradables y lavables. Hay un maniquí para el entrenamiento inicial, y así aprender a usar la marcadora.

A este se le va a disparar, primeramente, para familiarizarse con la marcadora o arma. Y también para aprender a apuntar a determinada parte del cuerpo de nuestro adversario. Uno a uno tuvieron su turno, mientras iban agotando las bolas iniciales para la práctica; es divertido acotaba emocionado David; pero es más llamativa la parte del combate, la adrenalina, se dispara, porque llega el momento que se olvida que es juego y se convierte en real.

El equipo ha apostado con un ¡hurra, hurra, a ganar! El campo de batalla real está divido en dos secciones, cada una se le entrega a cada equipo, la competencia está en invadir el campo contrario, haciendo prisioneros de guerra. En el próximo les traeremos un real combate; ¡les esperamos con nuestro virtual abrazo!