CAPITULO 01: ¿CÓMO LAS PERSONAS MENTALMENTE
FUERTES SE DESHACEN DE LA LÁSTIMA HACIA SÍ
MISMOS?
1- No es que la gente sea mentalmente fuerte o mentalmente débil. Todos poseemos
cierto grado de fortaleza mental, pero siempre hay margen de mejora.
Desarrollar la fuerza mental consiste en mejorar tu capacidad para regular tus
emociones, manejar tus pensamientos y comportarte de manera positiva, a pesar
de tus circunstancias.
Todos experimentamos dolor y tristeza en la vida. Y aunque la tristeza es una
emoción normal y saludable, pensar en tu dolor y tu desgracia es
autodestructivo. La autocompasión en forma de lástima puede consumirte hasta
que finalmente cambies tus pensamientos y comportamientos. Pero puedes elegir
tomar el control. Incluso cuando no puedes alterar tus circunstancias, puedes
alterar tu actitud.
Tenerse lástima dificulta vivir una vida plena de las siguientes maneras: conduce
a más emociones negativas. Nos impide lidiar con otras emociones. Hace que
pasemos por alto lo bueno de la vida. Interfiere con nuestras relaciones.
Entonces, ¿qué deberías hacer? Deja de sentir lástima por ti mismo y cambia la
autocompasión por gratitud. Mientras que sentir lástima por uno mismo se trata
de pensar "me merezco algo mejor", la gratitud se trata de pensar "tengo más de
lo que merezco".Según la investigación, cultivar tu capacidad de gratitud puede ayudarte a
fortalecerte en una variedad de niveles. Las personas que se sienten agradecidas,
según un estudio de 2003 publicado en el Journal of Personality and Social
Psychology, tienen un sistema inmunológico más fuerte y tienen menos dolores
y molestias. Además, hacen ejercicio con más regularidad, duermen mejor y
tienen un nivel de salud general más alto.
Marla Runyan, una corredora de larga distancia, es un ejemplo de fortaleza
mental. Tiene una maestría, ha escrito un libro, y ha competido en los Juegos
Olímpicos. Incluso se convirtió en la primera mujer estadounidense en terminar
el maratón de Nueva York de 2002. Lo que hace que Marla sea particularmente
extraordinaria es que ha logrado todas estas hazañas a pesar de ser ciega.
A los nueve años, a Marla le diagnosticaron la enfermedad de Stargardt. A
medida que su visión se deterioró, Marla descubrió su amor por correr. A lo
largo de los años, Marla ha demostrado ser una de las corredoras más rápidas del
mundo, estableciendo récords mundiales en los Juegos Paralímpicos de 1992 y
Marla no ve su ceguera como una discapacidad. De hecho, elige verla como un
regalo que le permite tener éxito. Marla no se concentra en lo que le quitó la
pérdida de visión. En cambio, elige sentirse agradecida por lo que realmente le
dio su discapacidad visual.