Cerca del volcán Popocatépetl, por el camino a Tlamacas, estado de México, hay una peña donde según los moradores se aparece el Diablo.
Hace muchos años vivió un hombre llamado Juan Ruíz, el cual hizo un pacto con el Diablo firmado con su propia sangre. Después del trato se dice que a su casa acudía un hombre con ropa elegante que le entregaba grandes cantidades de dinero.
Ruíz se volvió muy rico, pero con el tiempo su comportamiento se tornó extraño y paranoico. Su familia, preocupada, hizo que confesara el motivo de su inquietud, tras lo que relató el siniestro pacto, mismo que habría de pagar con su alma. Desafortunadamente, eso no era lo peor: Juan Ruíz había incluido a su propia familia en el contrato.
Al poco tiempo, en un ataque de locura, Juan huyó hacia el monte, donde sus familiares y vecinos fueron en su búsqueda. Antes de que pudieran llegar a él, una nube negra apareció impidiéndoles el paso. Cuando al fin se disipó, el hombre corría lejos de su alcance. Al seguir sus huellas, descubrieron pisadas humanas y otras al parecer de un macho cabrío. Persiguieron aquel siniestro rastro hasta la entrada de una cueva en la que rezaba "Aquí se da de alta Juan Ruiz", anunciando el destino de aquel hombre. Al no poder hacer nada, todos regresaron a su pueblo.
Un día, en el Río de la Verdura, el puente colapsó mientras pasaban por ahí varios niños, de los cuales dos eran hijos de Juan Ruiz. Sin embargo, misteriosamente la corriente se llevó únicamente a esos dos pequeños, los otros niños fueron rescatados.
Cuenta la leyenda que muchos descendientes de Ruiz han muerto de forma trágica. Los lugareños dicen que es debido al pacto que hizo con el Diablo.