Los perros han tenido desde siempre su costumbre de enterrar huesos y, dada la cercanía que la humanidad ha tenido con los canes, nació Cerbero, un perro demoniaco fuertemente relacionado con el inframundo. Desde entonces, pueblos germanos, celtas, mayas e incas, cuentan anécdotas de perros negros, que viajan caída la media noche haciendo cuanta maldad sea posible y no sólo eso. Pronostican la muerte de alguien.
Se dice que los primeros testigos de esto fueron los británicos, quizá porque se popularizaron con Arthur Donan Doyle en su cuento “Los perros de Baskerville”. Todos los casos se resumen en un espectro nocturno de gran tamaño, que deambula con unos ojos rojos y brillantes. Algunos dicen que se aparece en tormentas eléctricas, otros creen que sólo aparecen cerca de lagos, pero todos están de acuerdo, en que una vez que: Sí aparece, es porque alguien va a morir. En el proceso de colonización, los españoles llevaron al Nuevo Continente sus narraciones de ángeles guardianes y perros fantasmas dando como origen a la leyenda de El Cadejo, la que existe en varios países de América Latina.
Estos seres viven haciendo cuanta fechoría sea posible, comer gallinas, cachorros o presas humanas. Les persigue un hedor sulfuroso, visten una carne putrefacta e iluminan la penumbra con ojos rojos. A partir de aquí hay diferencias pues, unos creen que son seres malignos, otros piensan que se tratan de brujos como en el pueblo de Ticul, (Yucatán) a finales del siglo 17. Resulta que el brujo Juan Moo era quizás el médico número uno del país ya que, aun siendo “pagano” los cristianos iban con él pidiéndole que les curase salvo por un hombre.
Bixente Almazán Guardiola fue un general quien necesitaba comprobar las palabras del brujo de alguna manera, reunió a dos de sus hombres y lo vigiló muy cerca. Al hogar de Moo se presentó un gran perro negro quien, luego de sobrevivir un disparo del español, se le lanzó encima para atacarlo, Bixente sobrevivió el castigo para advertírselo a los demás pero, no le creyeron, o quizá no les importó… Ellos conocían a los brujos-perro como Huay Pek, pero regresemos a la historia de El Cadejo.
Lo más interesante de los cadejos, es que existen varios tipos. Del primero ya hablamos, se trata de un agente del caos. Hay otro grupo que sólo ataca a los hombres malvados, pues defienden a las señoritas acosadas, o todos aquellos que sean víctimas de una agresión en altas horas de las noche. Pero también existen unos cadejos blancos, éstos lucen más amigables, no tienen esa aura demoniaca encima y, suelen guiar a los solitarios, los atemorizados, o los borrachos durante la noche. Únicamente los protegidos, o aquellos con dones especiales pueden verles.
Egipcios y mexicas también creían que el mejor amigo del hombre le acompañaría en la otra vida, para el segundo pueblo, son los xoloizcuintles quienes guían sus espíritus hasta la presencia de MIxtlántecuhtli, pero de eso ya hablamos, en éste video
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… ¡Feliz día de muertos!