Aquí encontraras algunas frases de Romeo y Julieta del escritor William Shakespeare.
Empecemos...
Romeo:
-sus flechas me han herido de tal modo que ni sus alas me permiten elevarme. Tan herido estoy que no puedo cruzar el umbral de mi tristeza. El peso de su amor me aplasta.
-¡La luz de tu rostro enseña a iluminar a las antorchas! ¡Su belleza se destaca en la negrura de la noche como una joya en la oreja de etíope! ¡Una joya demasiado hermosa para usarla, demasiado bella para este mundo! Entre todas se destaca, como una blanca paloma entre cuervos.
-Quien nunca sintió dolores, se burla del dolor.
-¿Qué veo? ¿Luz en la ventana? Es el sol naciente y Julieta es el sol. Sal, hermoso sol, y mata a la luna que agoniza ya de envidia porque tú, su servidora, eres más hermosa que ella.
-Si pudiera creer en los sueños de felicidad, una gran dicha me espera.
-¿Acaso tú, condenado a la miseria temes morir? Bien clara se ve el hambre en tu rostro, y en tus ojos brillan la ansiedad y la desesperación.
-¡abominable entraña de la muerte, boca voraz que has devorado a lo mejor que había en la tierra, te obligare a abrir tus fauces podridas y a hartarte nuevamente de carne fresca!
-Dicen que los moribundos tienen un destello alegre de conciencia segundos antes de morir.
-¡amada mía, esposa mía, este es mi último destello! ¡La muerte que robo la miel de tus labios, no pudo robarte tu hermosura!
-¡Ojos, mirad por última vez a mi amada! ¡Brazos, abrazadla por última vez! ¡Labios, puestas de la vida, sellad con un beso mi pacto definitivo con la muerte insaciable…!
JULIETA:
-Solo los pensamientos, que corren más rápido que los rayos del sol ahuyentando la sombra de los montes, deberían ser los mensajeros del amor.
-Y bien. Nodriza querida… ¡Pero qué triste estás! ¿Acaso las noticias son malas? Si las son, dámelas al menos alegremente; si son buenas, no las eches a perder con esa cara de vinagre.
-El verdadero amor es más rico en obras que en palabras, más en la esencia que en la forma.
-Sólo el pobre cuenta su dinero. Pero el tesoro de mi amor es tan rico que yo no podría contar ni siquiera su mitad.
-El amor es ciego y gusta de las sombras de la noche, cuya velada claridad basta a los amantes para sus citas.
-¡Ven, oh noche deseada, dama de negra túnica, y enséñame a perder en el dulce juego del amor una partida ya ganada!
-¡Alma de serpiente oculta tras un bello rostro! ¿Qué dragón tuvo jamás tan hermosa cueva? ¡Bello tirano! ¡Demonio angelical! ¡Cuervo con plumas de paloma! ¡Lobo con piel de oveja! ¡Materia innoble con forma divina! ¡Exactamente distinto a lo que parecías! ¡Santo maldito! ¡Honrado criminal! ¡Oh, potencias del infierno! ¿Qué pretendías cuando encerraste en el paraíso de ese cuerpo el alma de un condenado? ¿Por qué encuadernasteis tan bellamente un libro de contenido tan perverso? ¿Cómo en un palacio tan magnífico puede habitar la traición?
MERCURIO:
-le llamaré y me voy a invocarle como si fuera el diablo: ¡Romeo! ¡Amante insensato! ¡Loco! ¡Esclavo de la pasión! Acudid en forma de suspiro y respondedme sólo en un verso. Un verso en que rime “amor” con “dolor”, en el que cortejes a la madre del amor y le pongas un sobrenombre a su ciego hijo, Cupido, el que hirió con sus flechas al rey Cofetua, y le enamoró de una mísera doncella.
PARIS:
-¡mi amada flor! Te cubriré de flores para embellecer tu lecho nupcial. Ay, tu almohada es solo piedra que regare con mis salobres lágrimas. Mis ofrendas no pueden ser más que el adornar tu tumba con flores y llenarla con el sonido de mi llanto.
PRÍNCIPE:
-¡Capuleto! ¡Montesco! ¡He aquí, enemigos el castigo que recibís por vuestros odios! Sirviéndose de amor, el cielo os ha privado para siempre de toda alegría.
-Tardía la paz la de este amanecer. El sol no alumbrara, entristecido.
FRAY LORENZO:
-¡Pobre cadáver vivo encarcelado entre los muertos!
-Los placeres violentos acaban violentamente: como el fuego y la pólvora, que se consumen en su propio apetito.