América Latina Colonialista
“Que los hombres de ingenio rudo eran los servidores y esclavos naturales de los hombres inteligentes.” …....……..Aristóteles
¿Existen diferencias entre gobiernos coloniales y gobiernos libres e independientes? Por supuesto que sí porque de lo contrario, no sería justificable ser libres e independientes.
Se entiende que cuando un territorio era colonia, este solía ser sometido a todos los tipos de abusos y desmanes a mano de sus gobernantes porque ellos, se consideraban amos y señores de lo despojado y a cuento de esto, su único deleite era de exprimir y explotar a los conquistados cuanto podían en el tiempo más breve posible alentado únicamente por el afán de enriquecerse a si mismos y a los suyos. Su apetito era tan voraz que acabaron con todo para convertirse luego en sanguijuelas y aún cuando confesaban ser cristianos, dictaban leyes a su antojo que permitían que ellos y los suyos pudiera vivir como cuerpo de reyes mientras que el resto de las comunidades (nativos en su mayoría) que sufría y agonizaba, vivían oprimidos y esclavizados. Estos, imploraba la piedad por ser ésta el único elemento a que pudieron optar pero, ni siquiera para esto tenían oídos esos amos desalmados quienes continuaban en su desenfrenado e irracional proceder. Tal vez a raíz de estos desmanes nace un día, un día glorioso el deseo para liberarse seguido luego por independizarse. Esas ideas comenzaron a girar en torno a los oprimidos y poco a poco a pesar de cuanta crueldad que impusiera los amos, ganaba terreno. Al cabo de cierto espacio de tiempo los anhelos de los oprimidos habían sido realizados y los amos de entonces debían reconocer que ya no serian los sempiternos omnipotentes. La intención básica de ese movimiento fue y seguía siendo para siempre, la “Libertad y la Independencia” tan añorada en toda la extensión de su significado y había que llevarlo a cabo mediante el uso de medidas lo más racionales posible pero, ahora los gobernantes nuevos (los Criollos o españoles nacidos en estas tierras) aunque algunos de ellos provenían de las filas de los oprimidos (según ellos) parecían ser (copias fieles) más bien del bando opuesto porque, daban a entender por sus procederes que no sabían ni les importaban el significado o el propósito de esas palabras (Libertad e Independencia) y en un santiamén se convirtieron en los amos nuevos desatando una ferocidad, una crueldad y una avaricia que a veces superaban al de los amos antiguos. Es muy comprensible que los colonialistas actuaban de la manera como lo hicieron, ya que ellos eran los conquistadores y no los conquistados y por supuesto sentían que podían hacer y deshacer a su antojo sin encontrar oposición alguna. Lo que es incomprensible, doloroso y difícil de aceptar es, como hombres que decían ser de un mismo pueblo y origen, hombres que profesaban ser hermanos, amigos, emparentados, compadres y también compatriotas pudieron dictar leyes las cuales cuando eran examinadas revelaban un propósito nefasto como función principal ya que eran utilizadas para apabullar, humillar, denigrar, empobrecer y embrutecer a sus congéneres. Dictaban leyes que provocaban horror ya que éstas carecían de justicia, leyes que permitían o daban la oportunidad para robar y despilfarrar las riquezas de la nación empobreciéndola y creaban pretextos, motivos y excusas para aumentar el peso del yugo sobre los más necesitados, y leyes que permitían que ellos y los suyos pudieran seguir viviendo a cuerpo de reyes mientras que el resto de la población seguía agonizando. En otras palabras, edificaron una sociedad colmada de absurdos. El recién volcamiento de los pueblos durante la visita de su santidad el Papa reveló una gran necesidad perenne entre el pueblo, la cual fue percibido con facilidad por ese Señor y así le dio a entender después en sus discursos cuando, instó a los gobernantes que debían mejorar las condiciones en la vida laboral, social y política de la ciudadanía. ¿Acaso por lo visto, nunca se levantaría entre nuestras patrias gobiernos forjadores de gente emprendedora, honesta, confiable, feliz y sana que sienten menos gusto en deleitarse de ser causantes de tanta miseria? ¿Acaso ignoran o no les importa las consecuencias de la retribución? ¿Por qué hemos de continuar este rosario de gobernantes malos que tuvo su origen en los albores de nuestra independencia y que todavía persisten? Carecería de certeza entonces el siguiente refrán hartamente divulgado entre nosotros: No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. ¿Cuál es la razón de ser de cada nueva generación desde ese entonces si hasta el presente ninguno ha demostrado claramente que ha tenido la idea o el deseo de poner fin a estos procederes equivocados? Queriéndolo o no, habría que aceptar que la personalidad de los amos antiguos era y es todavía tan deseable que no nos atrevemos desatarnos de ella (Es un fenómeno que pudiera ser explicado por los estudiosos). De ser cierta la conjetura, tendremos que admitir que no somos nosotros mismos sino una imitación y como tal propiciamos nuestros propios fracasos y desgracias. Un gran filosofo dijo que “valía más ser uno mismo” y eso, es lo que debemos hacer si hemos de salir de este subdesarrollo en que estamos todos sumergidos.