Cinco años antes.
-Noooo! Emi, por favor, para.
No deja de pegarme. Está sacado, parece un animal salvaje.
-Por favor, lo voy a conseguir.
Necesita dinero para pagar las drogas que le habían dado. Ya no sé qué hacer para conseguir más y que deje de pegarme.
-Lo necesito ahora. Como muy tarde para mañana perra. Te la pasas estudiando y necesito que trabajes. Eso último lo acompaño con una patada en mi estómago.
Me retuerzo del dolor. Ya siento la sangre correr por mi ceja y mi labio. De un ojo no veo, la mano izquierda la tengo fracturada, lo sé por la hinchazón y el pecho me duele horrores, casi no puedo respirar.
Ya sin fuerzas dejo de suplicar. Es su nuevo pasatiempo favorito: pegarme.
Por lo general, siempre viene al día siguiente y me trata como una princesa. Si, cuando volvía a casa y me encontraba tirada en el suelo donde me había dejado, me levantaba y me llevaba a la cama. Limpiaba mis heridas y me llenaba de besos y caricias pidiéndome disculpas.
Lo conocí a los 17 años, llevamos tanto tiempo juntos. Al principio solo eran unos simples golpes cuando manteníamos relaciones sexuales después fue haciéndolo día a día y se excitaba dejándome marcada. Cuando quería tener sexo no podía decirle que no porque me forzaba a hacerlo.
No se cómo es que termine así. Lo amo tanto que siempre aguante todo lo que me hacía.
Me siento culpable. Porque estudio y trabajo y él con el trabajo no le alcanza el dinero y siempre le compraba algún que otro capricho para ganarme su amor pero después de meses y de años de relación cada vez me pedía más.
Ahora debe una fortuna a sus proveedores de droga. No sé ya qué hacer.
Sentí otra patada a la altura de los riñones.
-Necesito la plata. Si no la conseguís voy a venir con ellos y se lo van a cobrar de otra forma puta. ¿Eso es lo que queres? ¿Por eso no me das la plata? Te gusta que te cojan, ¿No? perra sucia.
Escondo mi cara, no quiero que me viera llorar. Aborrezco cuando trae a sus amigos y me hace tener relaciones con ellos para pagar alguna deuda. Son mucho más macabros que Emi. Me golpean con más saña. Me queman con cigarrillos, me hacen pis encima, me violan con botellas.
Me agarra de los pelos para alzarme la cabeza y mirarme a los ojos. Ya no es el hombre del que me enamore.
-Si no me conseguís lo que falta para dentro de 3 horas te va a ir peor. Me dio la cabeza contra el piso y ya no recuerdo más nada.
Me desperté de golpe sintiendo algo helado en la cara. Grito del dolor al moverme, no puedo ubicarme. Miro hacia todos lados y lo veo a Emi en el sofá mirando la tv.
-Ahí se despertó, es toda suya.
Miro desesperada hasta toparme con la mirada de 2 hombres grandes, horribles que se iban desnudando.
Trato de moverme pero me duele mucho el pecho, seguramente tengo alguna costilla rota o fisurada.
-Agárrala de los brazos. Dijo el hombre más alto.
-No sé cómo podes estar con una perra tan fea Emi. Creí que tenías mejor gusto.
-Espera a probar su culo y después háblame. O que te la chupe, es la reina de las mamadas.
-Vamos a ver. Abrí la boca. Me ordeno.
Giro la cara de un lado a otro. No quiero hacerlo más. El otro hombre me agarro la mandíbula y me obliga a abrir la boca. Aprovechando el movimiento el otro me clavo su verga bien profundo en la boca y me dieron arcadas. Se mantuvo quieto, apretándome contra el suelo. Me estoy quedando sin respiración y es cuando saca su verga y mira a Emi.
-Tiene una boca exquisita. Es increíble lo que aguanta con una pija hasta el fondo, tal vez acabe de esa manera y vea como se la traga entera.
Me desvisten y me tapan la cara con la remera.
-La próxima conseguí una linda. Tenemos que taparle la cara de lo fea que es y los golpes no ayuda.
-Es lo que hay. Ella me da todo lo que le pido. Mira como la deje y sigue a mi lado. No pienso dejar que le hagan lo mismo a Marcela. Encima ahora esta embarazada.
El grito de dolor que solté me desgarro por dentro. Tiene otra. Va a esperar un hijo. Nunca quise tener hijos hasta que lo conocí a él. Soñaba con ver mi vientre abultarse por el resultado de nuestro amor y resulta que solo soy la puta de turno. La puta de 9 años de relación.
Siento que camina y se coloca a mi lado. Baja la remera que tapa mi cara y me agarra el pelo.
-¿Pensaste que estaba enamorado de vos? ¿Que me podía enamorar de alguien como vos? Sonríe levemente y niega con la cabeza muy despacio. -Chicos es toda suya. Se aleja y vuelve al sofá.
Mi vida está acabada. Dejo de luchar, ya nada tiene sentido.
No me quejé. No abrí la boca mientras ambos hombres me pegaban. Hicieron lo que quisieron conmigo. Me penetraron los dos a la vez y por separado. Acabaron en mi cara y por poco me ahogan mientras luchaban para que se las chupara. Fueron brutales. Me cortaron las piernas y antebrazos con un cuchillo, apagaron cigarrillos sobre mis pechos, termine bañada con su semen. Ya no podía llorar, no tenía más lágrimas. El piso de mi casa era un charco de sangre.
Después de cuatro interminables horas se fueron y Emi se fue con ellos, no dijo nada.
Estaba colapsada, tirada en el suelo, mirando al techo. Pensé en mis padres, si me vieran así no me lo perdonarían jamás. Siempre luche por todo. No podía rendirme ahora, tenía que alejarme de él para siempre. Como pude me arrastre hasta alcanzar el teléfono de casa. Marque al 911 y les pase la dirección entre susurros.
No sé cómo lo logre pero cuando ya sentí las sirenas de la ambulancia cerca me desmaye y me desperté 20 días más tarde en el hospital.