Ser capaz de encontrar ese lugar donde la fuerza nace y el YO yace, requiere de una voluntad férrea, que no se conforma con dejar las cosas como son. Requiere buscar la excelencia del Ser y en ese proceso someter nuestras debilidades, someter nuestra alma o convertirse en el héroe y en luchador.

Andar según los impulsos y las emociones es puramente inconsciente y nos separa poco de los animales. Pero poder traspasar aún lo humano para tocar lo sobrehumano exalta al espíritu. El superhombre y la súper mujer sólo pueden existir más allá de lo humano, sin embargo, no negando la humanidad, porque si la negamos somos como los ciegos y la victoria será imposible.

Nuestra humanidad nos muestra nuestras debilidades, nos hace conscientes de nuestra caída, reconocemos el lado oscuro, identificamos nuestro talón de Aquiles. Es sólo en este reconocimiento que somos capaces de luchar contra el enemigo, el enemigo interno que se disfraza de miles de formas. Identificarlo y vencerlo, elevándonos más allá de esas debilidades; venciendo los arquetipos inconsciente y conscientes, saliendo de los dramas humanos, no ignorándolos sino volando más alto que ellos. Conquistando con perseverancia, con valor y coraje aquello que es nuestra verdad. Llamando y recibiendo asistencia de nuestro propio Espíritu para conquistar los cielos, para conquistar aquello que realmente somos, más allá de nuestra debilidad humana.

Creer y levantarse de cada caida, nadar contra la corriente si es necesario sin desmayar, hasta que cada músculo se fortalezca, hasta que cada rincón oscuro de quienes somos capaces de ser es barrido y vencido y sólo queda el héroe que en algún sueño lejano soñamos ser.

Querido amigo(a), forjar lo sobre humano es imposible si permanecemos en la mediocridad de lo humano, pero es más que posible si la perseverancia se vuelve parte de lo que somos, si nos rodeamos de personas que como nosotros creen y pueden. Si nos asqueamos de aquello que dentro de nosotros no es honorable y luchamos contra ello.

Pero poder elevarnos sobre la queja continua y callar ese gemido para actuar con honor y coraje, eso es más que humano.