Dicen que llegamos a conocernos, pero eso es algo que últimamente me pregunto. Cuando ante situaciones inesperadas o no, se nos presentan en la vida, las pruebas hacen ver dos cosas en nosotros, una es lo frágiles que somos y la otra es la capacidad de respuesta.
Ante ellas en ocasiones nos sentimos derrotados y vencidos, donde la lascivia parece invadirnos. De lo que he vivido últimamente, he aprendido que perdonar definitivamente no es debilidad, sino mas bien es fuerza, es crecer. Quien hoy sienta que vive en un hueco, y que las cosas no tienen solución o es el final, les sugiero buscar primero en uno mismo las fuerzas, eso incluye dejar a un lado el ego, el rencor y el orgullo. Eso es lo dificil, pero cuando se logra, les aseguro que el panorama cambia.