Nuestra existencia, esta plagada de decisiones y llega un momento en el cual, la visión se nubla y tropezamos con facilidad.
Pero por desgracia, creemos que simplemente no existe fondo en nuestros problemas, creemos que esto continuará como un torrente sin final.
Aunque nunca llegamos a pensar, si vale la pena todo aquello por lo que seguimos con nuestro rostro en el suelo.
Y llegamos a tener la idea errónea de que en nuestros momentos más difíciles, estamos sólos.
Pero sin lugar a duda, no falta aquel que te anima para colocar un pie frente al otro, aquel que ofrece su mano y su hombro para apoyarte y seguir tu camino.
El mundo necesita más personas así, que no piensen en si, sino que apoyen sin pedir nada a cambio, que transformen el llanto en risas.
Sin duda el mundo seria mejor, no un mundo plagado de odio o resentimiento, sino un mundo nuevo, donde no exista el temor ni la injusticia sólo paz.
Estás palabras son para todas aquellas personas que detienen sus vidas y extienden su mano por el prójimo sin ellos nuestras vidas serían sólo un suspiro.
soy lo que soy, pero le temo a lo que no soy.