Limbo (Entre la vida y la muerte)

La noche anterior recuerdo haberme acostado en mi cama, seguro de que en ella despertaría, se convierte en una gran sorpresa para mí el hecho de despertar con el suave sonido de los granos de arena moviéndose de un montículo a otro, que más tarde descubro, que es suave sonido se convertirá en mi compañera durante un largo tiempo, me llena de incertidumbre mi locación, un desierto baldío, con dunas enormes que se convierten en migajas con cada vistazo, paso a paso por el desierto me voy abriendo camino, veo a lo lejos y lo único que veo es un gran vacío que poco a poco me consume, cae la noche; siento que es eterna, sin luna ni estrellas que me guíen encuentro que mi única compañía es la soledad y mi pobre imaginación.
Ya no siento hambre ni sed, el sueño no me invade y aunque cierre los ojos no lo puedo conciliar, no siento frío ni calor es como una ausencia en mi interior, el tiempo se me es irrelevante noches eternas donde la oscuridad me persigue y sin luz no logro ver adónde voy, camino demasiado mis pies empiezan a sangrar, aunque no siento dolor, no sé adónde voy, ya no sé quién soy, que hacer, o si alguna vez existí, un infierno de sufrimiento que no siento, pero está presente en mí ser, si aún queda algo de él.
Me estoy desesperando al no hallar salida de este lugar, empiezo a gritar y la voz no me sale, el vació dentro de mí se hace más abundante, la soledad no me consume me empieza hacer compañía, empiezo a tener vagas alucinaciones una expresión maternal muy simple nada más, no sé qué significa o si es real, pero que es la realidad sin recuerdos, que el sueño sin realidad, no sé si sueño o estoy despierto, que absurda banalidad.
Ya me siento uno solo con la soledad, aunque vacío por dentro como si me faltara algo, como si me hubiesen sacado algo, de muy dentro de mí, algo que era parte de un ser, a veces pienso que estoy en el cielo otras veces siento que es el infierno, como distinguirlos ambos son sufrimiento que no siento por el vacío que llevo dentro.
No sigo ningún camino, no sé si tengo un destino, pero sé que me dirijo a mi olvido, no sé si estoy caminando en círculos, o si de verdad voy por buen camino, el silencio que se encuentra en este desierto me está abrumando, la locura está cerca capaz y ya llego. No parece pero el tiempo me afecta el ser irrelevante ante los acontecimientos que hoy me rodean, es ya el caminar parte de mí como la soledad, como la oscuridad, que me persiguen hasta el final, pero no hay final en este lugar.
Me atormenta la soledad, me irrita el caminar, me asusta la oscuridad, no sé qué pensar, ¿qué me impulsa a seguir? serán las ganas de vivir o el deseo de morir, pero pienso que al no tener fin ni me voy a morir ni voy a vivir, voy a sufrir en este lugar donde ni viviré ni moriré, este es el lugar donde pasare de un caminar a otro donde nadie me vera ni de mi existencia sabrá, será el lugar donde pasare toda una eternidad, este parece ser un lugar olvidado por Dios y por el diablo porque no se siente presencia ni del bien ni del mal, es este el lugar que ni Dios ni el diablo quisieran tocar.
Me desplomo al ver que no hay un fin es este desierto infernal, saber que mi vida ya no vale nada, me he de desplomar, pero no quiero, quiero seguir aunque no tenga un rumbo o un destino donde pueda llegar, sin saber si hay un lugar al cual pueda llamar final. Sin rumbo sigo caminando en algún momento encontrare el final tan anhelado, y que habrá en el final del desierto, será una ciudad, será la respuesta, no sé qué hallare en el final no sé si de verdad hay uno.
Como poder vivir en una soledad eterna, me pregunto como yo poder vivir en una soledad eterna, yo estoy solo en un lugar abandonado por todos, sin saber cómo soy sin verme en un reflejo, mi rostro queda a merced de mi imaginación, hoy como seré diferente que ayer como suponer si sí estoy bien.
Camino a lo largo del desierto esperando ver un final, con lo poco que me queda de esperanza seguiré hasta encontrar, con la soledad ya como una buena amiga sin temor a la oscuridad, espero que falte poco porque creo que me voy acostumbrar a este lugar, con cada paso que doy me acostumbro más, me siento más a gusto, no sé si es locura o que la soledad llena el vacío de mi ser, pero me empieza a gustar este desierto, el sentirme bien con la soledad no sé si es bueno o malo pero poco a poco me empieza a gustar, en las noches la oscuridad me empieza aparecer un linda compañera de camino.
Comienzo a comprender que la vida te abandona, la muerte te aborrece, las personas no te quieren, la soledad es la única existente que siempre te espera, como un mal que uno se merece pero que con buen pie se extiende, te carcome pero te entumece, se apodera de ti y te da poder sobre ti, solo el único momento donde se puede tener ideas, no es tan malo, ya creo que este lugar es bueno.

Autor: Rafael Guerrero