…quizás escribir (me) sirva.
En primera instancia vivía en la negación, como aparente reacción coherente, como respuesta-efecto del supuesto libre albedrío, engaño prematuro, ingenuidad, mucha ingenuidad.
Luego de la negación vino el estremecimiento, el golpe contra la pared; crecer, madurar es un proceso doloroso. Literalmente todo se sobrevino en la universidad, donde se trastocó y se sigue trastocando el mundo, me transformó radicalmente la postura ante la vida. Me llevó a replantearme mi razón de ser, me empujo a emprender aventuras y dinámicas científicas, por senderos sociales y socioculturales, a estimularme la criticidad y mi insistente, voluntaria o involuntaria, decisión de romper moldes y contribuir a desencuentros e inadaptadas maneras de Ser y enfrentar la vida.
Resultó que la decisión de hacerse consciente, pasa por ir hasta las profundidades, hasta lo más hondo de sí y desde allí constatar las realidades. Todo es fractal; lo demás es falso, el mundo está hecho a mi imagen y semejanza, es una reproducción de mí.
Y ahora entiendo que también mis peleas externas contra la herencia, contra la iglesia, contra la heteronorma, contra la burguesía y el sistema neoliberal, son finalmente, en grandes medidas: mis propias luchas internas, hay un tantito de ellas en mi, son las luchas contra mis contradicciones, mis miserias, mis negaciones, mi ego. Y es una batalla campal y dinámica contra esas representaciones internas que se proyectan hacia afuera.
Pero, así como están estas creaciones hostiles, hay estimables re-producciones diversas, aunque impermanentes son dinámicas, percepciones concretadas por momentos, sensaciones, vibraciones y sabores sugestivos que conforman la felicidad en minúscula. El inconveniente aparece cuando lo agradable deviene en malas mañas, se crean apegos e insurgen lo que concebimos como pesares y sufrimientos. Hacerse consciente de ello es acercarse a la cesantía de las creaciones de fractales resquemorosos o de acostumbrados anhelos que terminaran siendo frustraciones y desconsuelos.
Además de ejercicios en primera persona de reflexión-acción, algunos libros, algunxs amigxs y cuentos de camino, han sido de mucha utilidad para disminuir mis encuentros y desencuentros, personales e interpersonales.
Ahora con absoluta claridad de qué las condiciones no están dadas, quizás nunca estén dadas, pero es mi decisión, hacer el esfuerzo necesario. Por ello me propongo dejar de buscar ser políticamente correctx, no seguir dogmas sin palparlos y sumergirme en la candela para conocer, abandonar prejuicios, sobreestimaciones, renunciar a dar consejo sin que lo pidan, dejar de suponer tanto, no tomarme las cosas personales, no valorar con saña acciones ajenas, aclarar mis dudas desde la investigación y no desde la interpelación desmedida.
Con ello no voy a cambiar el sistema-mundo globalizado, por supuesto que no, pero definitivamente modificaré mi mundo, mi entorno inmediato y mis frecuencias, mis sintonías y relaciones con lxs otrxs, que es decir conmigo.