Tuve una conversación intensa hoy con un buen amigo. Como muchos, actualmente está pasando por momentos difíciles e intenta mantener la cabeza fuera del agua. Como alguien que ha estado allí antes, me concentré en recordarle un hecho muy importante: no podemos crecer, a menos que tengamos el valor suficiente para seguir avanzando.
No hay una sola persona en la tierra, estoy seguro, que no ha tenido problemas una o dos veces en su vida. Incluso el emprendedor más exitoso ha perdido miles, sino millones de dólares. A veces no es evidente, porque solo vemos los buenos tiempos, solo su "hoy".
Conozco personalmente a empresarios muy exitosos que han soportado algunos de los momentos más difíciles que se puedan imaginar, pero que gracias a su voluntad y coraje lograron salir victoriosos. No me creerías si te lo dijera, una vez conocí a un hombre que dirigía una gran organización, un gran negocio, que en casa solo tenía una lechuga en su refrigerador. Este hombre enfrentó la vida con valor, porque sabía que era cuestión de tiempo antes de que las cosas cambiaran, y estaba seguro de que si se daba por vencido, ninguno de sus sueños se volvería realidad.
Intenta imaginarte ese escenario, intenta ponerte en los zapatos de alguien que tiene que ser estoico todo el tiempo, fuerte, un verdadero líder, pero en casa se pregunta cómo va a comer una buena comida al día siguiente. Parece imposible, suena increíble, pero lo vi con mis propios ojos. Hoy este empresario está disfrutando de esos frutos, está disfrutando el valor de ese sacrificio temprano.
Hoy recordé esta historia porque a veces parece que no tenemos la capacidad de visualizarnos de manera efectiva. Parece que estamos ciegos ante las posibilidades que podrían surgir, si solo nos mantenemos enfocados y dirigimos la mayor parte de nuestra energía hacia el logro de objetivos sensatos. Digo sensato porque Roma no fue construida en un día, pero si nadie pone un solo ladrillo, nuestra Roma nunca podrá construirse. Creo que ese es el mensaje que estaba tratando de compartir con mi amigo esta noche, y la razón por la cual me pareció importante continuar esa llamada telefónica mientras lo hice.
No podría comenzar a decirte cuántas veces he visto a personas renunciar, es tan común que es casi desgarrador. Personas inteligentes, capaces con objetivos nobles, que de repente arrojan la toalla y se conforman con mucho menos. Para mí, parece casi un delito, porque puedo reconocer su verdadero potencial, y sé que no se sentirán bien con esas elecciones, al menos a la larga.
Incluso podría decir que no hay una fórmula, podría decir que nadie realmente podría decirle exactamente qué hacer para tener éxito. Pero hay algunas cosas que sí sabemos que no funcionan: quejarse, proyectarse, escapar de la cacería y una falta general de auto reflexión.
Creo que esta es la razón por la cual la conversación es complicada, porque como verdadero amigo, siempre debo decir la verdad, incluso si duele. Esto no significa que deba ser grosero o deliberadamente dañino. Simplemente significa que no puedo mentir a expensas de hacer que un amigo se sienta bien hoy, sabiendo que no estará bien mañana.
Me sentí obligado a escribir esto en mi blog hoy, porque sé que hay muchos que sienten que el barco se está hundiendo y no hay nada que puedas hacer para mantenerlo flotando. Pero este no es el caso, al menos no del todo. No le mentiré a nadie y le diré que todo lo que he intentado hacer en la vida ha tenido éxito, por supuesto que no. Pero en todo lo que tengo éxito, ya sea en mi carrera como músico, productor o emprendedor, tuve éxito porque no me rendí fácilmente, porque cuando se volvió realmente difícil, fui uno de los pocos que no se rindió.
Autor Primario: charter
Traductor y Autor Ayudante:pedro Elias Cp