Cuando Llueve: Capítulo 2 "Del tope al fondo".

A pesar de que sabemos que no existen los ''para siempre'' nos seguimos entregando a ellos cuando encontramos a alguien a quien amamos con mucha intensidad, aunque hayamos terminado con muchos chicos en el pasado después de prometerse una eterna relación volvemos a decir ''estaremos juntos para siempre'', así es, nos entregamos a la eternidad, pero solo son ilusiones, solo son deseos, que la verdad, son imposibles de cumplir.

Todos los lunes muy temprano suelo tomar un tren de Piacenzia hasta Parma para ir a trabajar en la biblioteca Palatina, hoy debía llegar temprano ya que, los dueños de la biblioteca irán de visita a ver como se encuentra todo, la verdad es que, traté de verme lo mas presentable posible pero es imposible después de un fin de semana donde me entrego a solo ver TV y jugar con Patch y no me preocupo por peinar mi cabello. Ya que este se encontraba enmarañado lo atusé en un moño (según yo elegante) y me puse un sobretodo beige que hiciera juego con mis zapatos de taco bajo, con una falda que cubriera la rodilla de color gris y una camisa formal de color blanco, para acompañarlo todo me coloqué una diadema de color negro en mi rojizo cabello que evitara que los mechones salieran de su sitio.

Iba en el tren mirando por la ventanilla, con una rola de Halsey a todo dar en mis audífonos, con mi maletín en el regazo, muy sumida en mis pensamientos sintiéndome algo vacía, hacía esto tantas veces, todo era una costumbre, siempre un lineamiento sin fin, y a pesar de todo él me hacía sonreír.

Una vez llegué a mi sitio de trabajo me di cuenta que llegué muy temprano, entré por el lado de los empleados con las llaves que me habían asignado cuando comencé a trabajar aquí y fui hasta mi casillero para dejar mi maletín, sin quitarme los audífonos pues sabía que aún no habría llegado nadie, todos llegaban a la biblioteca faltando pocos minutos para el turno, yo en cambio esta vez, había llegado media hora antes, entré hasta donde se encontraban los estantes y me puse a organizar un poco los libros y sentí una presencia detrás de mi, me quité lentamente un auricular y me di vuelta.

cuando voltee había un chico robusto de cabello negro y ojos color chocolate con un libro entre sus manos y una taza de café, bastante parecido al señor que siempre viene a supervisar la biblioteca, pero, por alguna razón las facciones del chico sentado detrás son mucho más rústicas, en el momento en el que le iba a preguntar quien era se escuchó la puerta de la sala de empleados y entró el dueño de la biblioteca.

_ Piero, por favor tráeme una caja color gris que dejé en el auto. Dijo este refiriéndose al chico robusto.
Así que se llama Piero, pensé para mis adentros. Yo me hice la muerta y seguí organizando libros en silencio desde los estantes.

Mi jefe volteó hasta donde yo estaba:

_y, ¿tú quién eres?
_ Rosella Lombardo, señor, trabajo aquí organizando la biblioteca.
_Y haz llegado muy temprano, que responsable. Me sonrío y fue hasta las oficinas que están al fondo de la biblioteca.

El chico detrás de mi, el que responde al nombre de Piero, se levantó dejando la taza y el libro en la mesa y salió de la biblioteca, yo no le hice mucho caso y seguí organizando. No quería pensar mucho las cosas, siempre pienso todo más de la cuenta.

Después de mi jornada laboral regresé a casa y encontré a mamá llorando:
_ ¿Qué sucede mamá? ¿Por qué lloras? le dije abrazandola por la espalda
Ella limpió su cara y me encaró tratando de serenar su expresión.
_Quizá le doy muchas vueltas al asunto, pero creo que tu padre me está viendo la cara de tonta.
-¿Por qué dices eso, mamá? papá nunca haría eso, ese hombre solo está pendiente de comer y jugar.
Ella en respuesta me mostró una impresión de estado de cuenta bancaria de mi papá donde en resaltador amarillo podía apreciarse que el sábado fué al cine y había pagado por dos entradas y combos de cotufas para dos personas. Yo muy calmada la miré y le dije:
_Esto puede significar muchas cosas, no puedes ponerte a pensar de esa manera tan fea de él sin preguntarle antes, está muy mal, él pudo haber ido con un amigo o pudo comprar para ver dos películas ese día, sabes bien lo exagerado que es, sobre todo cuando de películas de acción hablamos.

Ella se quedó pensativa, me sonrió y arrugó la hoja en sus manos y me dejó en la cocina, la escuché escaleras arriba.
Es increible como después de tantos años juntos, aún las personas duden entre ellos, o existan miedos, como las personas a pesar de tanto aún puedan lastimarse tanto y sigan juntos.
Despejé mi mente de todo aquello haciéndome un vaso de limonada y le escribí un mensaje a Patch para que supiera que había llegado bien a casa.

Durante toda esa semana Patch estuvo respondiéndome tarde los mensajes, incluso a veces ni respondía o solo me dejaba mensajes cortos y desinteresados, durante toda esa semana me sentí tan sola y entendí como muchas veces nosotros o las relaciones se pueden sentir del tope al fondo en tan poco tiempo y tan pocas acciones, todo eso a pesar del tiempo que lleven juntos.