#LUGARESMAGICOS/Museo del Oro-Bogotá-Colombia

Adivíname esta: “Soy un Señor encumbrado
Ando mejor que el reloj; me levanto muy temprano,
y me acuesto con el ocaso”

¡Buen día amigos de Steemit, armonía es nuestro deseo para vuestro día!
Cuenta una leyenda regional, que en alguna ocasión un orfebre presiono una lamina de oro sobre una concha de caracol; maravillado quedo el artesano, pues bien, moldeada la caracola le hubo quedado. La conservo y observo sin contar los años; el caracol de mar se deterioró, se debilitó y partido en mil pedazos terminó; en cambio el caracol de oro, hasta hoy día intacto y puro ha quedado.

Al igual que el Sol, tan preciado para la vida de nuestro planeta, el primer metal más puro que encontró el ser humano; en las cavernas, fue el “Oro”
Quizás todas las religiones han acudido a su brillo y duración para adornar a sus dioses y sugerir el carácter eterno del espíritu humano. Pero también es el que más han usado imperios, estados y banqueros para representar los bienes de este mundo. Como no se bruñe ni corroe, desde hace siglos ha servido como pieza monetaria. Y para ambas esferas de la existencia, tanto la celestial como la material, ha sido un medio para infundir respeto, generar devoción, publicitar el poder, y representar un antiguo anhelo de la especie: “la inmortalidad”

-BIENVENIDOS-

Estando, visitando los atractivos de la Candelaria en Bogotá, en nuestra apretada agenda, llego el momento de este museo conocer. Les vamos a compartir en brevedad, pequeños apuntes e imágenes que logramos captar. De niños siempre tuvimos la curiosidad del porque en los billetes decía: “Pesos Oro” O “Reserva Federal” Como vimos en las anteriores reseñas, este metal se gano el respeto y la confiabilidad de la humanidad para sus riquezas guardar. Entonces se inició en las mentes prósperas y en los gobernantes, tener reservas valiosas en oro; por si alimentos llegaban a escasear; con oro podrían negociar.

En las primeras culturas, observamos como trataban a los animales salvajes imitar; en el arte de la guerra y la defensa, reyes, caciques y guerreros se impregnaban de las actitudes de las bestias, para ellos miedo y respeto infundir ante su rival. Se decoraban sus cuerpos con imágenes de este metal, y así por su braveza brillar y dominar. Por eso cuando había invasiones o entrega total, el pueblo perdedor lo primero que perdía o entregaba eran sus reservas del precioso metal.

En el museo del oro de Bogotá, encontramos una mezcla armónica de historia, información y riqueza; pues todas las piezas aquí expuestas son reservas de autentico oro certificado. Sin embargo, como una dulce alegoría, no tiene precio, por ser riqueza cultural, para tener que mostrar a las generaciones venideras. No sobra reseñar las medidas de seguridad en este lugar. En la imagen vemos las edades de los metales por las que ha pasado el país. Sin embargo, los conocedores dicen que son todas las expresiones orfebres que tiene la nación, sus gentes y su cultura.

Observamos como desde la antigüedad, los aborígenes supieron o aprendieron como separar los metales de la roca: Construían a mano o desgastaban troncos de árbol, hasta una batea formar; de ahí con paciencia y agua frotar y frotar, hasta las partículas separar. Con el tiempo aprendieron de las abejas, moldes de cera formar; los dejaban endurecer para luego agregar oro líquido- fundido, verter. Y al endurecer se podía la cera romper y así se inicio la tradición familiar y patriarcal de la industria de la orfebrería. Como un oficio digno de respetar.

Aquí se muestra como inician a crear vasijas, inicialmente de madera, obtenida de troncos de árbol, pero con el tiempo estas se crearon de aleación de metales como plata, cobre y bronce, junto a otros materiales más nobles o maleables. Al igual vemos los utensilios para no utilizar directamente las manos, por las altas temperaturas que se deben generar, para el polvo del metal, poder convertirlo en liquido y lograrlo vaciar en el molde, previamente creado a base de cera de abeja. Todo este informe, reposa en las reseñas del museo y en los libros de historia; si gustan los pueden chequear, para el conocimiento aumentar.

Desde la antigüedad los pueblos conocen esta forma de crear y moldear; aquí a resaltar es el trabajo en comunidad. Hoy en día existen técnicas y procesos enseñados en las escuelas; sin menospreciar el arte y la innovación de las mentes sensibles a esta ciencia perfeccionar; de acuerdo con el cambiante mundo y su demanda. Por eso existen estas reliquias en todo país y lugar, para agradecer, admirar y conservar la cultura y esfuerzos de nuestros ancestros. Nosotros por eso tenemos la misión alegre de curiosear y alguna huella poderles acercar.

El tiempo paso, 7 pisos con sus galerías supimos apreciar y el estómago se puso a saltar, hacía hambre y teníamos pendiente “el ajiaco santafereño” -esta imagen nos vendieron al entrar.- Este suculento plato lleva 3 tipos de papas/patatas: para sabanera, papá pastusa y papa criolla; además otro tubérculo llamada arracacha, con un ligero sabor dulce que afianza las mezclas agradables al paladar; lleva pollo sabanero; lo más curioso es una hierba llamada wasca; dicen:- sin wascas, no hay ajiaco.- dándole su especial sabor regional.

– Este es el plato que llego a la mesa-

Por último, adicionan crema de leche y alcaparras, que son como uvas pasas, pero verdes, saladitas y algo ácidas, ah, la mazorca tierna no puede faltar. Hay razón de la fama de este plato sabanero; quedamos agradados; por fin lo pudimos saborear. Si vienes a Bogotá, esta delicia debes degustar.
Apreciados amigos, queda más por conocer y apreciar del museo del oro; pero será en otra entrega para no abusar de vuestra atención; ¡reciban nuestro abrazo virtual!

#disfrutalavida #lugaresmagicos

#dejandohuella

Fotografía por @hermandadsteem
Redacción @jayjes @cheysanta
Colaboración de @azabacheclaro @criollos-steemit