SUTRAS DEL CORAZÓN

Si quiero escribir, será sobre el corazón
Y lo mucho que lo reprimimos y recargamos, anoche fue verte de nuevo y recupere la ilusión de la infancia, y pensar que hace años que no te veo. Arrancar esto quiero para ser lo que al fin soy en realidad, sin transferencias, sin miedos, sin prejuicios ni asomo de angustias. La vida me es dada para vivir en plena armonía y lealtad al espíritu y al universo. Este camino es así y lo sé porque toda mi vida ha estado acompañada por la belleza de saber que somos alma, cuerpo, espíritu, pero sobre todo corazón. Hoy elevo ese amor profundo a una pequeña niña que no sabe porque la abandonaron, que no sabe porque creció en medio de una manada de lobos, que se la quería comer a cada rato, que huía y triste se agazapaba en medio del tumulto por temor, temor y temor, eran muchos y era herencia le había sido dada, pero un día conoció al mago de las flores, y ese mago la invito a contemplar lo más divino y maravilloso de la vida, lo esencial. La enseño a observar la belleza, simpleza y paz de una flor, la enseño a honrar a todos los suyos, a aceptar que ella formaba parte de esa manada de lobos y que todos veníamos de familias atormentadas por los suyos, solo quedaba honrar, perdonar y dejar las vestiduras, y convertirse en un ser de luz desidentificado de toda casta, de toda raza, de toda patria, y convertirse en uno más con el universo. Y desde ese día me bautizo. LA HIJA DEL UNIVERSO. Y BAILAMOS LA DANZA DEL UNIVERSO.