No sé si alguna vez en la vida a ustedes les ha tocado cumplir el rol de "amantes"...
Muchas mujeres al comenzar una aventura con un hombre casado o comprometido, desean no mezclar lo sentimental con lo sexual.
En diversos casos, vemos mujeres que les gusta el papel de ser amante por el simple interés y la ventaja de no tener compromisos de cocinar, lavar, planchar, entre otros.
Pero ahora... ¿son todos los casos?
La respuesta es, NO!
A veces es tanta la afinidad y la complicidad con esa persona, en todos los sentidos. Que nos terminamos enamorando.
Cuando el hombre se ve envuelto en esa circunstancia, no encuentra que hacer. Empezamos a sufrir por lo que no nos pertenece, a sentirnos frustradas por situaciones que nos generan molestias, disgustos y engaños. Sobre todo, se hace muy común y frecuente cada vez escuchar las famosas mentiras de; "últimamente estamos mal", "tenemos muchos problemas", "yo la voy a dejar", "nosotros estamos juntos por nuestros hijos".
Y pasan días, meses y años con la esperanza de que sea cierto. Pero no, no pasa.
Una amante enamorada no significa querer hacerle la guerra, o la vida imposible a la esposa. Claro que no, eso al tiempo se termina entendiendo y de una u otra forma aceptando. Una amante enamorada implica ser una mujer; fuerte, llena de paciencia, de ganas, de amor, de convicción.
A ti, que me lees. ¿te ha tocado ser amante?
Me gustaría conocer tu historia...