Reminisencias

Qué felicidad es recordar, no sólo por volver a pasar por el corazón todos esos momentos que tuvieron gran importancia en nuestras vidas, sino también para reconocer que hemos pasado por la tierra, porque hay personas que nos recxuerdan y que, de alguna forma, llevarán una parte de nosotros durante el resto de su existencia.
No hay mejor excusa que recordar, para saber que hemos disfrutado de algo, porque muchas veces recordamos sólo cuando ya no tenemos lo que disfrutamos con tanta pasión, con tanto deseo. Por ello, os invito a revivir estas experiencias que nos llenan de esta excelente manera, porque así, querrámoslo o no, vuelve la felicidad a nosotros por pequeños instante.
Una persona con la cual tuve la dicha de disfutar, decidió irse de mi lado, ya sea por las razones que fuere, puedo decir que disfruté mucho de su existencia, pues parte de ella me la dedicó a mi, con sus pensamientos, palabras y obras, puso su granito de arena para hacerme sentir querido, amado. No obstante, por lo cambiante que es la vida, por las distintas transformaciones que nos hace pasar, dejemos de ser el uno para el otro. Las necesidades de las personas cambian, por ello deben buscar nuevos caminos, nuevos horizontes.
Sólo doy gracias a quien me pueda escuchar, a quien me pueda leer, a dios, por permitirme ser feliz por un instante de mi vida. Gracias a esta felicidad, supe qué debo buscar, qué me hace feliz, qué me complementa como ser humano, como ser pensante, como hombre.
Quizás estas palabras las escribo para desahogarme, para tratar de cerrar esta página que tanto me duele en mi mente y corazón, dejar de ver, dejar de leer. Es muy duro despedirse cuando se amó verdaderamente, cuando se quizó compartir el resto de la existencia con alguien.
No obstante, no es posible amilanarse, no esposible darse por vencido, hay que buscar a la mujer que realmente desee quedarse a compartir el resto que quede de nuestra existencia, y permitirme ser y sentirme desarrollado y complementado como hombre, como ser humano.