Un Romance Llamado Vida

Tirado en un rincón, recuerdo la historia escuchada el día anterior, al ritmo de una suave melodía, en aquel café, cuando conocía a Sara, la novia paciente y la futura esposa; faltaban pocas horas para la ceremonia civil en la base militar donde milita Andrés, mi hermano. Sí, decían con lágrimas que fue un 13 de marzo cuando sus dos pares ojos se encontraron, sin estarse buscando.

Sucedió en las frías montañas de Nebraska a mediados de marzo de 2018, en la base militar donde esta adscrito mi hermano. Al llegar allí de traslado para cursos complementarios en su carrera de oficial; sintió gran incertidumbre y frustración debido al duro frío. Pasarían varias semanas hasta cuando un amigo lo convenció de salir a tomar otro aíre, fueron al pueblo/condado más cercano Bellevue.

Contaban que la primavera se avecinaba, con un extraño murmurar; Andrés por fin salía de aquel encierro llamado base militar. Sara ese día no laboraba, pero una amiga le rogó que la acompañará a ir de shopping / de tiendas. En las horas de la tarde luego de andar las calles del condado decidieron tomar un helado y una vez entrar, cuenta Andrés el silencio de su corazón dio un salto.

George su amigo de inmediato saludo a las dos chicas que estaban a punto de salir del local. Una de ellas es su prima y la otra, Sara una conocida del lugar. Andrés y Sara no necesitaron presentación, ellos en el silencio de sus almas, supieron que la espera había terminado. Acordaron al otro día reunirse para almorzar; Andrés en voz baja dijo a George: - la quiero conocer, yo pago-

En su primera cita, luego de almorzar acordaron salir a caminar, mientras que los primos irían a saludar a la tía Mary. Andrés le declaró lo bien que se sentía desde el día anterior; con temor le preguntó, si estaba comprometida- ella con el rodar de una lágrima, dijo que llevaba más de año sola- Andrés le pidió que lo autorizaba para enviarle fotos y mensajes desde Corea del sur; pues tenía que pasar un año allí-

Con un nervioso abrazo, acordaron esperarse, para vivir aquel extraño sentir sin explicación. Los mensajes, gracias a las tecnologías los unía cada vez más, los vídeos, las canciones improvisadas, que sólo los enamorados entienden, los mantuvo unidos; hasta diciembre, que él joven pidió una semana de licencia de vacaciones por navidades. Ven a casa, mis padres quieren conocerte - dijo Sara-

En las frías montañas de Nebraska, aterrizó el avión y Andrés una vez la tuvo en sus brazos, le pidió que uniera su vida a la de él; Ella, con ojos inundados por el llanto, dijo: - depende de la bendición de mis padres- Su segunda licencia de estadía en Corea, fue para casarse con la joven Sara, quién eclipso todo su pasado, para que solo viviera en el presente.