Nunca sabemos lo que somos capaces de hacer
Imagina esto: eres un joven doctor de 27 años en una expedición hacia la antártica para construir una base soviética a principios de la década de 1960 cuando sientes un dolor punzante e inductor de náuseas en el lado derecho de tu tronco. Recuerda, eres un doctor y entiendes que es un signo seguro de apendicitis aguda.
Bueno, vamos, no te puedes echar a morir, busquemos el lado positivo a la situación. Te diste cuenta rápido, eres un doctor podrías... Eres el único médico y el barco que te dejó allí no volverá en un año.
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Este escenario de pesadilla fue la realidad del cirujano ruso Leonid Rogozov mientras estaba en la 6ta expedición antártica soviética para construir una base en el Oasis Schirmacher. La nueva estación de Novolazarevskaya se terminó en febrero, pero en abril, Rogozov estaba en una situación de vida o muerte.
Se dio cuenta de que la única persona que podía realizar la cirugía que necesitaba desesperadamente era él mismo. Vladislav, el hijo de Rogozov, relató la historia:
"Tuvo que abrir su propio abdomen para sacarle los intestinos. No sabía si eso era humanamente posible".
Incluso más allá de los considerables costos personales, también hubo riesgos políticos. El cirujano tuvo que obtener la aprobación de Moscú para intentar la cirugía, ya que estropearla colocaría a la expedición soviética durante la Guerra Fría en una mala posición.
¿Cómo lo hizo? Rogozov asignó diferentes tareas a sus colegas. Le dieron instrumentos, sostuvieron un espejo y se aseguraron de que a nadie se le fueran los tiempos al ver sangre. Vladislav, su hijo, resaltó que fue muy sistemático y preparado para todos los posibles resultados. Rogozov incluso administró su propio anestésico local y realizó toda la cirugía de dos horas sin perder el conocimiento. Pero, finalmente encontró la fuente de su dolor. Como Rogozov cuenta en su diario:
"¡Por fin, aquí está, el apéndice maldito!" - Con horror notó la mancha oscura en su base. Esto era indicador que solo un día más y hubiera estallado.
Pero, no fue así, la auto-cirugía de Rogozov fue un éxito. Rogozov regresó a Rusia como un héroe y su desafortunado problema médico se convirtió en alimento para la propaganda soviética...
Rógozov en la cama, hablando con su amigo en Novolazarevskaya
Leonid Rógozov años despues de su regreso a Rusia
Rogozov fue galardonado con la Orden de la Bandera Roja del Trabajo e incluso se lo comparó con el primer hombre en el espacio, Yuri Gagarin. Pero, ¿cuál es la parte más impresionante de esta historia? Él volvió a trabajar solo dos semanas después. ¿Vacaciones? Eso no es de hombres.
Fuentes
Leonid Rógozov
El hombre que se operó su propio apéndice
Diario de Leonid Rogozov
Orden de la Bandera Roja del Trabajo
Base Novolázarevskaya