Es población conformada por 41 aldeas y un gran número de caseríos ubicados a lo largo y ancho de su majestuosa tierra
Una pequeña aldea que fue creciendo hasta convertirse en lo que hoy en día es: “Santa Cruz de Mora”, que además de ser la capital del Municipio Antonio Pinto Salinas, en el Estado Mérida, es población conformada por 41 aldeas y un gran número de caseríos ubicados a lo largo y ancho de su majestuosa tierra, que ha visto nacer a grandes políticos, abogados, deportistas, músicos, cantantes, religiosos y sobre todo a gente grande que ha dejado huellas imborrables, marcando pauta en cualquier lugar donde se encuentren.
Y es que todo hijo de “Santa Cruz de Mora”, levanta su voz en alto para decir de dónde viene, de esa pequeña zona cafetalera conocida por muchos y visitada por pocos. Pero que con el pasar de los años, ha dejado de lado los obstáculos, que han representado fenómenos naturales, convirtiéndose en Distrito del Municipio Mora, el cual fue establecido por medio el decreto del 15 de abril de 1977, con ejecútese para el 26 de abril. Elevando de esa forma al Municipio a una categoría superior de Distrito, que establecería el nombre de Antonio Pinto Salinas, integrado por parroquias como Mesa Bolívar y Mesas de Las Palmas entre otras aldeas. De modo que el Municipio se convirtió en un Distrito separado de su pueblo vecino Tovar y con la capital de Santa Cruz de Mora.
Desde esos días hasta hoy, su población se ha multiplicado, así como ha visto partir a sus hijos y crecer sus tierras. También ha fungido como el nuevo hogar de cientos de inmigrantes que han encontrado en Santa Cruz de Mora, un lugar para vivir.
Considerada como la tierra del café, ha visto la superación de extraordinarios productores que han dedicado su vida al campo, cultivando las tierras, generando ese potencial por el cual son reconocidos. Así como sus mujeres, quienes se dedican al trabajo del hogar, inculcando valores para construir un futuro mejor. Féminas que en certámenes de belleza y otros ámbitos profesionales, han demostrado que Santa Cruz de Mora no sólo huele a café sino a perfume de mujer.
Deportistas como José Rujano, “El Cóndor de los Andes”, reconocido por ser el primer ciclista en titularse campeón cuatro veces de la vuelta al Táchira, en bicicleta e internacionalmente por su tercer lugar en el giro de Italia (2005). Así como Rujano, ciento de personas nacidas en el Municipio, han escalado montañas, representando con orgullo a su tierra, músicos en la Filarmónica de Boston, y otras orquestas nacionales, poetas, escritores, profesores, abogados, escultores, políticos, entre otros destacados profesionales, son quienes que día a día trabajan para demostrar que vienen de un pequeño pueblo donde todo es posible.
Un Municipio que se ha fortalecido en diferentes aspectos socio-económicos, culturales, turísticos, políticos y deportivos, que han incrementado el desarrollo de la mágica tierra del café.
Hoy en día, sus habitantes trabajan por el rescate de valores, y en virtud de ello, la Organización “Pinto Salinas Hoy”, quien es dirigida por la Dra. Gladys Flores junto con un grupo de personas que desarrollan una loable labor, para difundir la cultura y bondades que en el ámbito del turismo posee “Santa Cruz de Mora”.
Turismo con olor a café
Reconocido por la bondad de su gente y su gran potencial en cuanto a la producción de café, sin obviar la belleza de los numerosos sitios turísticos que entre montañas le enaltecen, Santa Cruz de Mora, está lleno de personas que día a día trabajan en pos de la superación y el bienestar, ofreciéndole a propios y visitantes, una cálida y esmerada atención.
El Municipio Antonio Pinto Salinas cuenta con una variedad de paraísos arquitectónicos, naturales, coloniales, templos religiosos y un paisaje extraordinario, que atrae y enamora a quienes tienen la oportunidad de visitarlos. Comenzando por la reconocida Hacienda La Victoria, una antigua finca cafetalera con un peculiar estilo colonial, que durante años predominó en las actividades de producción, hoy en día ofrece a los turistas dos museos de café y uno destinado al inmigrante, además de albergar el núcleo universitario UNESUR de El Valle del Mocotíes. A la Hacienda La Victoria, se le considera una de las estructuras más representativas y preservadas de la arquitectura colonial en Venezuela, perteneciente a Santa Cruz de Mora.
En otros recorridos turísticos, entre las montañas, también se encuentran los Petroglifos, en el Páramo de San Isidro, los cuales fueron hallados en el año 1986, y aunque es una hipótesis de cómo llegaron a la meseta, se han convertido en unos de los principales atractivos del Municipio, y están conformados por cinco rocas, situadas en la meseta, las cuales presentan en algunas de sus caras - o en todas - motivos elaborados en bajorrelieve grabados a diferentes medidas y profundidades, además de una roca con evidencia de acanaladura, producto del alisamiento de instrumentos líticos, y son un tributo a la tierra del café .
La Cascada del Guayabal, no sólo es uno de los más hermosos paraísos, sino que se le considera como un monumento natural, de los más visitados. En otras zonas de la tierra del café, también se encuentran Los Pinos, en la vía a El Páramo de San Isidro, entre un cálido clima y espectaculares paisajes que muestran una vista hermosa en medio de una zona verde.
Mientras que El Museo de Antigüedades, situado en la Mesa de las Palmas, alberga reliquias de la zona y envejecimientos en referencia al trabajo del campo. Otro hermoso lugar es el gran templo arquitectónico: la Iglesia Nuestra Señora del Carmen, madre protectora y patrona del Municipio Antonio Pinto Salinas, donde cada 16 de julio los fieles celebran su fiesta. El Puente Libertador también conocido como “Puente El Arco”, es una perfecta obra arquitectónica en todo el centro del casco, que sirve como pasaje de las construcciones coloniales a la nuevas edificaciones, como es Puerto Rico.
Un valle paradisíaco que conquista a todo el que tiene la dicha de conocerlo, escoltado por imponentes montañas, que albergan climas, recursos y la generosidad de sus pobladores dispuestos contar historias que enamoran.