Pasión Psicópata.
Él apenas tenía 17 años pero era Martha, la mamá de su amiga, la que le provocaba esa sed que quebraba su garganta, era ella la que provocaba esa excitación que alborotaba su psiquis. Esa mujer era para Alberto un motivo de insomnio y la razón de que en sus pensamientos existieran muchas imágenes perturbadoras a la vista de cualquiera, pero deseosas para él. Ya en su mente, Martha era de su pertenencia.
Era todo un acosador: A Martha le gustaba el color rojo, tomaba el café con crema, llegaba a su casa siempre a las 5 de la tarde y su comida favorita era la carne de ternera. Lo sabía todo de ella y ni siquiera su amiga, el estorbo que dejó el difunto esposo de Martha, lo sospechaba. Para Alberto solo era cuestión de tiempo y su cuerpo no podía simular la excitación mientras más cerca se encontraba del sábado siguiente, donde su amiga se iría con un grupo de chicas a un viaje de fin de semana y Martha, la dulce y sensual Martha de labios rojos y piernas largas se quedaría sola por fin en su casa.
Al encontrarse frente a la casa de Martha pensó que ella apenas se atrevía a dirigirle la palabra, ¿Cómo pretendería que aquella visita era natural? Un pequeño cabo suelto pero nada que Alberto no pudiese responder en el momento. Tocó el timbre y como él sabía, Martha apareció en el portal con su camisón de seda. La sorpresa fue enorme para la mujer madura que veía a ese joven, que muy bien podía ser su hijo, con las mejores vestimentas en las que lo había visto jamás y con un aroma a perfume justo como el que usaba su marido.
No hubo tiempo para más detalles porque Alberto se tomó la libertad de pasar a la casa mientras le arrebataba un beso a su venus, asegurándose de cerrar la puerta. La pasión parecía ser mutua, pero Martha solo se dejó llevar más por la sorpresa de que el apuesto amigo de su hija fuese tan engalanado y atrevido.
Calló una lámpara de una de las mesitas de noche mientras Martha, quien se encontraba apoyada en ella, se apresuraba en quitarle la chaqueta a su compañero sin dejarle escape abrazándolo con sus piernas, demostrándole la aceptación a lo que ella pensaba que venía; luego se calleron varios libros de un pequeño mueble cuando la espalda de Alberto tropezó con éste al levantar a Martha tomándola de las nalgas sin privarse del beso adicto y continuo que concluyó en la cocina, sobre la isla donde empezaron ferozmente a fornicar mientras tumbaban a su paso cada utensilio de cocina se posara en su camino. Ya estaba cerca de su objetivo, Alberto siempre deseó tenerla así de cerca, así de vulnerable; Martha ya no era Martha, ahora era una esclava a su merced.
La tomó por el cabello y aunque al principio eso solo excitó más a la viuda que hacía años no probaba ningún tipo de sexo (menos uno tan bueno) luego aquello dio un vuelco de 180 grados. Su rostro estaba siendo golpeado constantemente contra el tope de granito al mismo ritmo agresivo y constante con que Alberto la penetraba en la vagina, evidentemente quiso detener el acto del joven pero este la privó de aquella posibilidad con fuerza bruta. Ahí Martha se dio cuenta de que aquello no terminaría bien y ahí Alberto empezaba a hacer obra de todos sus retorcidos deseos sádicos y mundanos.
Los gritos de Martha pasaron de un placer absoluto a un terror inminente y Alberto la soltó solamente para cambiarla de posición y poderle mirar el rostro ya lleno de sangre y un tanto hinchado por los constantes golpes sobre el mesón. La tomó de las piernas y las levantó completamente, Martha al punto de la inconciencia no reaccionó de una forma alarmante y mientras la penetraba de aquella manera hundió su cabeza ensangrentada en el lavaplatos, abriendo el grifo y excitándose con los movimientos involuntarios de la mujer que estaba poseyendo. Ya para cuando Martha dejó de moverse, Alberto eyaculó sobre su cuerpo. ¿Estaba satisfecho? Por supuesto que no.
Al día siguiente solamente se escuchó la terrible noticia de la desaparición de Martha, muchos pensaron que quizás había escapado con un hombre muy ardiente por los gritos de placer que habían escuchado la noche en cuestión pero solamente Alberto conocía su paradero, en muchos lugares, en diferentes bolsas… Pero sus hermosas piernas no estaban demasiado lejos porque eran su recordatorio de que la piel de Martha era tan suaves como la carne de ternera.
Fuentes de las imágenes:
http://azaharliterario.com/sexo-salvaje/
http://fashiontvla.com/love-sex/las-7-mejores-posiciones-para-tener-sexo-salvaje_1482
https://www.trastornolimite.com/tp/ultimas-observaciones-sobre-psicopatia
Esta historia es una adaptación de "Pasión Prohibida" de @Merryslamb y espero la disfrutaran. :D
Muy buena la historia, una mente retorcida es capaz de crear cosas atroces...
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jejeje, lo tomaré como un cumplido. Muchas gracias por comentar!
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excitante, macabra, actual, clásica esta muy buena tu historia, la disfrute enormemente, me gusto mucho, aunque tu también estas media enferma!! jajajaja te devuelvo el comentario!!! éxitos y que tu cuenta crezca y se posicione!!!
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Bueno, bueno, lo admito. Quizás también estoy un poquito enferma pero por algo me gustó tu historia también ¿No? jejeje Saludos Hector, gracias por pasarte por aquí :D
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dios nos cría y steemit nos junta sister!!
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