Había frutas, semillas, quesos, jamones, panes y fuentes de chocolates por doquier. La sala era majestuosa, con ramos de flores salvajes y decoraciones de color rojo y dorado. Del cielo colgaban lámparas doradas en forma de mariquitas.

Llegó la más esperada de esa noche, Miroslava, la princesa virgen de aquel imperio vampírico. Y dijo:

Ha llegado la noche, ha llegado. Hoy se perpetúa la especie y se rinde culto a los híbridos, las especies más deliciosas de este planeta, seres mitad humanos mitad vampiros. Yo soy pura, pero quiero dar a luz un híbrido y hoy encontraré aquí al semental que me fecundará. Que empiece el banquete.

Todos la desean con locura, pero el que la fecundará deberá ser humano. La luz se vuelve tenue y el espacio es invadido por música clásica e incienso de almendra. Decenas de humanos desnudos entran en fila y eso hace que la libido aumente.

La bebida de la noche es sangre, la cual es disfrutada por todos.

Hay copas con sangre especial que vuelve ebrio al que la consume. La sangre hace su efecto en Yosef, un joven con cuerpo fornido que atrajo la atención de Miroslava. De inmediato lo manda a traer hacia sí y le invita a comer. Luego Yosef la devora a ella, hasta fecundarla.

Fuente

Acto seguido, se acercó el padre de Miroslava y clavó los colmillos hasta succionar toda la sangre del cuello de Yosef. Se cumplió así la voluntad de la madre de Miroslava. La raza híbrida será perpetuada.