Historias que se cruzan | [es]

Creo que como obrera experta del grupo, lo que más gusta es compartir con las hormigas más jóvenes mis trucos de supervivencia, ¡saben que siempre retorno al hogar!
Hoy, las llevo a explorar casas de humanos, allí seguro que encontraremos azúcar. Los riesgos son mayores, ¡pero, las recompensas mejores! Estoy orgullosa al sentir que contribuyo a la colonia.
Lo que más odio, eso sí, es el nauseabundo olor que dejan los humanos por todos lados. Y hace rato me está preocupando, ese olor se está haciendo insoportable, casi siento que me envuelve en su tibieza por la espalda.

Lo siento mucho, preciosa hormiguita. ¡Te atrapé!, eres la número cinco. La maestra me mandó a diseccionar a varias de ustedes para la clase de ciencias.
Sé que debes tener miedo, pero es que ella me anima a desarrollar mis intereses científicos, haciendo experimentos. Revuelve mi cabello, pone su mano en mi hombro y dice: “descubre por ti mismo, investiga, disecciona”.
Amiguita, siento pena por ti, pero si sirve de algo, tu vida no será tomada en vano; ¡vas a contribuir a que me convierta en un brillante anatomista!
¿Sabes?, mi maestra me tiene un apodo. De cariño me dice Jack: “él saca tripas”.

Archivo: Caso de Abducción #0078544.

Asunto: Medalla post-morten

Según lo que pudo extraerse de las declaraciones de las sobrevivientes. Ella fue elevada y lanzada a una prisión transparente. Desde donde veía los preparativos de las torturas a las que luego sería sometida.
Una a una fueron quitando sus extremidades, fue expuesta a químicos, a luces muy brillantes para desorientarla y llevarla a la locura.
Quitaron sus antenas; lo último que vio, fueron los dedos del niño metiendo más hormigas en el frasco.