Hora  de cerrar  los  ojos.

Donde no hay dolor ni maldad.
De repente me dijiste en voz baja:
No me asustes
No te ofendas con frases
Los marineros se regocijan y le lanzan una lanza.
Zapatillas pesadas y agujeros cansados.

Seremos felices solos.
Blanca helada cayó en la noche
Sobre la creatividad.
Sólo mi cara recuerda...
Cautivé la imaginación
Y en manos de una pluma ordinaria.

Se hizo más brillante la bóveda del cielo.
¿Dónde se encuentra el lino?
Se hacen cambios.
Nos hablan de la amistad en la radio y en las películas;
Lo que nos espera en este mundo:
Como una suegra malhumorada.

Ya golpeé, mire, en muletas,
Rodado sobre el suelo...
Donde recordabas las luces en la pared
Que el platillo nos hace latón,
Quien convencerá a todo nuestro corazón
Y nuestro Dios prometió a todas las personas.

No tengo miedo de nada en la tierra
¿Tiemblan las ventanas tan fácil?
Así que la vida ordena y no salvo
Todo esto tiene sentido, solo si estás cerca de ti.
Muere, la marcha fúnebre ya ha comenzado.
Consolación en el dolor del mundo mortal.