“Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.”
Hebreos 11:3 RVR1960
Uno de los mayores conflictos en la actualidad ocurre entre hombres de ciencias y hombres de fe. Los ateos alegan que los creyentes tienen un pensamiento anticuado y obsoleto, basado en misticismos y fábulas de una época en el que las personas no podían explicar científicamente los fenómenos que veían, y se inventaban dioses para tratar de responder sus interrogantes existenciales. Los agnósticos son un poco más flexibles, pues alegan que no creen en Dios pues no pueden demostrar que existe, pero no refutan que no existe, porque no pueden demostrar que no existe.
Es interesante cómo, después de tantos siglos, el ser humano en la actualidad sigue sin poder resolver determinadas cuestiones, aún cuando tantos hombres de ciencia han tratado de hallar las respuestas. Una de estas preguntas alude al surgimiento del universo. Existen un sinnúmero de teorías que tratan de responder cómo surgió. La Teoría del Big Bang, la Teoría Inflacionaria, la Teoría del Universo Oscilante, entre otras tantas, tratan de encontrar una solución a esta interrogante, sin ser verdaderamente capaz de darla. Sin embargo, en la Biblia encontramos desde Génesis 1:1 encontramos la explicación de la creación del universo, curiosamente que son expuestas indirectamente por teorías científicas, en la cual el poder de la Palabra de Dios desencadenó la creación de todo cuanto existe. En este pasaje de Hebreos, se nos dice que por fe entendemos que el universo fue constituido por la Palabra de Dios, de modo en que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. Nuestra fe nos hace entender esto, y está puesta en Dios, el cual nos ha demostrado su existencia de forma directa a cada uno de los que le buscamos.
La humanidad, en su afán de negar a Dios provocado por su ceguera espiritual y la influencia demoníaca, busca desesperadamente una respuesta que no relacione al Creador con el origen del universo, y de este modo, desmentir lo que está escrito en la Biblia. Pero han dejado de tener fe en quien les puede dar salvación y la han depositado en la ciencia, la cual no ha solucionado sus interrogantes, y si lo hace, solo les llevará a confirmar lo que está escrito en el primer versículo del primer libro de las Sagradas Escrituras. Acerquémonos a Dios, y tendremos las respuestas que buscamos.
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