Hoy traigo la recomendación de una excelente película del director neozelandés, Peter Jackson, de 1994; donde se nos cuenta la peligrosa y obsesiva amistad de dos adolescentes Pauline Parker y Juliet Hulme. Ellas se conocieron en Nueva Zelandia en 1950 y estudiaron juntas en un colegio de la localidad. Ambas tenían características comunes y una poderosa imaginación lo cual hizo que se aferraran la una con la otra. Crearon un mundo imaginario llamado Borovnia donde eran las soberanas y hacían todas las cosas que querían.

Por supuesto que esta extraña relación preocupó a los padres de ambas y cayeron en cuenta que había una homosexualidad patente y para esa época eso era como tener una enfermedad mental. Así que de aquí y de allá las separan y alejan por un tiempo; en el cual se escribían muchas cartas y se afianzaban los sentimientos turbulentos entre las dos.

Luego de un tiempo se encuentran y piensan que la madre de Pauline, Honora, es la culpable de su separación y planean asesinarla lo cual hacen con premeditación y alevosía. Pauline escribe todo el procedimiento de la muerte en un diario; por ello son encontradas culpables, juzgadas y condenadas. Se salvaron de ser ejecutadas por ser menores de edad y cumplieron una condena por separado obligándolas a no verse nunca más al salir libres.

Resulta que esta historia esta basada en un caso policíaco ocurrido en Nueva Zelandia y resultó que gracias a la película se descubrió que Juliet Hulme era nada más y nada menos que la famosa escritora de novelas policíacas Ann Perry, quien se había cambiado el nombre para seguir con su vida. No se sabe si Pauline y Juliet se han visto alguna vez después de lograr su libertad.