Había una vez un niño que vivía en un pueblo. Vivía con su madre, que sólo tenía un ojo. Todos los días su madre lo dejaba en la escuela. Todos sus amigos se reían y se burlaban de él. A su madre la llamaban "Cíclope". 2 semanas después era el Día de los Padres, el niño se puso resentido y empezó a odiar a su madre. Estaba harto de su madre, así que trabajó duro, consiguió un buen trabajo, se mudó lejos de su madre y formó una familia.
La madre intentó desesperadamente ponerse en contacto con él, pero no sirvió de nada. Muchos años después, su madre viajó lejos para verle a él y a su familia... Cuando abrió la puerta, empezó a gritarle, diciéndole cómo la odia y preguntándole por qué se molestó en venir. Sus hijos (los nietos de la madre) empezaron a reírse de ella y le dijeron: "¿Quién es este monstruo feo?".
El hijo no volvió a saber de ella hasta 20 años después, cuando murió. Fue a su tumba a visitarla. Entonces descubrió que ella dejó algo para él en su testamento.
Esto es lo que decía:
Querido hijo,
Sé que probablemente me odias porque toda la vergüenza que te he causado. Pero así es como perdí el ojo. Cuando eras joven te metiste en un accidente fatal de coche. Tu padre murió inmediatamente y estabas en una condición inestable. Habías perdido un ojo. Así que dejé uno de los míos para que pudieras vivir una vida normal. Siempre te he amado, pase lo que pase.
Mis mejores deseos,
Mamá
El hijo tiró el testamento al suelo y se dio cuenta de lo que había pasado. Se arrepintió de lo que hizo el resto de su vida.