Me gusta mucho vivir en ciudad, realmente lo disfruto, tener todo a la mano, poder salir a centros comerciales, museos, teatros, cine, es algo que me agrada hacer, pero hay otros aspectos que podría resaltar son más importantes para nuestra salud mental que esto, me refiero a lo natural, a ese contacto con lo sagrado de la naturaleza que hace que nuestra mente se equilibre.

No sólo eso, sino que físicamente nos permite purificarnos. Hace un par de semanas, después de pasar meses sin salir de la pequeña ciudad en la que vivo, me fui junto a mi esposa a un hermoso lugar, un parque fuera de la ciudad en el que pasamos prácticamente todo el día, con una tranquilidad insuperable, que nos permitió incluso hablar de cosas que no habíamos hablado, ya que el ambiente de paz que nos rodeaba nos permitió estar mucho más tranquilos.

Esa necesidad de acudir a un espacio en el que nos sintamos mejor, en el que nos alejemos de lo cotidiano y nos permitamos desprendernos de algunas cosas que nos hacen peso lo veo como algo terapéutico. Muchas veces andamos en la vida como de una forma automática, no hacemos caso a algunos llamados de atención que nos hace el mismo organismo, los ignoramos, y sólo caemos en cuenta de la necesidad que tenemos de algo diferente cuando por cuestiones de la vida nos encontramos haciendo ese "algo diferente".

Quizás porque muchas veces nos sumergimos de tal manera en nuestros problemas, en resolver lo que se va presentando día a día, que restamos importancia a esa necesidad de despejar nuestra mente, de respirar aire puro, de poder encarar los problemas y las distintas situaciones de una manera muy diferente a lo que estaos acostumbrados.

En resumidas cuentas, poder vivir un día lejos de casa, en un espacio no habitual, en contacto con lo natural me sirvió mucho para aligerar la carga que tenía, y me dio la posibilidad de empezar la semana con una nueva visión de lo que estaba pasando e incluso de lo que debía hacer.