Los padres acostumbramos juzgar a los hijos olvidando que ellos son el resultado en gran parte de nuestro ejemplo y nuestras enseñanzas, debido a que desde la infancia y la adolescencia copiaron nuestros patrones. En sus vidas también existieron otras personas que los marcaron y ni cuenta se dieron de ello.
Hace varios años sentada en un pupitre en el Pedagógico de Caracas, llamó mucho mi atención el tema que tocaba mi profesor de sociología de la educación. Él nos explicaba que la sociedad es machista, a las niñas se le compran muñecas, cocinitas, planchas, todo para ser amas de casa y madres ejemplares, mientras que a los niños se les da un carrito, una moto o un súper héroe. Si la niña juega con el carro; los padres le llaman la atención porque puede volverse machorra, y si el varón juega con el bebé que hace pis, corren a quitárselo porque su masculinidad corre peligro.
Los avances de la sociedad resultan ventajosos, ahora hay en el mercado infinidad de juguetes como tacos, rompe cabezas, legos, pizarras magnéticas y muchos otros que estimulan y desarrollan capacidades cognitivas y motoras escapando de ese esquema que lleva a la niña a convertirse en una ama de casa y al niño a ser el rey de la misma. No podemos ignorar que los niños acostumbran jugar con cualquier objeto, su imaginción vuela...
Cuando se habla de una casa, nos referimos a cuatro pareces y un techo, a una estructura física; la cuestión es que más allá de eso los seres humanos buscamos tener un hogar. El hogar es aquello que se respira dentro de la casa, son valores, metas en común, responsabilidades compartidas, cooperación, unión y sobre todo tolerancia y amor.
Permite que tu hija juegue con el carrito de vez en cuando, así cuando sea una mujer; no tendrá miedo a manejar un carro y no llegará a los 30 sin saber manejar bicicleta... Si tienes un hijo varón, ten presente que no será menos masculino por cargar al bebé que llora, al ser padre, será uno de esos pocos responsables que le saca los gases mientras la madre descansa luego de tener que dar el pecho cada tres horas.
Tengamos presente que los tiempos cambian y que en las sociedades actuales se hace necesario el aporte económico por parte tanto del hombre, como de la mujer y así como se comparte esta responsabilidad, también deben compartirse las tareas del hogar para mantener un ambiente armonioso y agradable.
Recordemos la frase típica "No te voy a durar toda la vida" y enseñemos a nuestros hijos a colaborar en el hogar, haciendo énfasis en que tienen derechos y también tienen deberes. La época de la esclavitud ya pasó, así que se deben delegar responsabilidades para que de adultos no tengan acciones como la de pretender que los mantengan, vivir de sus padres hasta poder vivir de sus hijos o aún peor, abandonar hijos a su suerte siendo totalmente irresponsables; situación más común en hombres que en mujeres, pero que tristemente sucede a diario.
Si quien lee esto es madre, procura que tu hijo te trate como a una princesa, dicen que como trata a la madre tratará a su esposa. ¡Colabora con el sexo femenino!