Historias de Seducción: Milena, una vecina inocente pero muy seductora - PARTE 1

Nota: Esta historia es original, los personajes aquí mencionados son producto de la fantasía y el deseo sexual inherente al ser humano.

Donde vivo, cerca a mi casa vive Milena, una mujer de 34 años, casada con un señor serio, el cual por su forma de hablar se nota que es de temperamento muy fuerte. Ella tiene 2 hijos, uno de 12 años y otro de 6 años, y cada día pasa enfrente de mi casa para llevar a sus hijos al colegio. Yo soy un joven de 21 años, universitario, estudio ingeniería y trato siempre de ser buen estudiante.

Milena es una mujer linda, mi fijación empezó un día que ella llevaba a sus hijos al colegio. Pasaba por el frente de mi casa y en ese preciso momento yo salía también hacía la universidad. Me saludo de manera agradable, pues ella era conocida con mi madre, las dos a veces conversaban bastante cuando se encontraban en la calle. Yo la saludé de igual forma, me llamo por mi nombre, David, y como yo seguía el mismo camino decidí acompañarla. Al describirla físicamente podría decir, que es una mujer exquisita, de piel blanca, ojos negros, labios suaves, pelo largo y sedoso, su cuerpo es una fantasía, sus senos redondos y ajustados cubiertos por un top largo, ceñido hasta su cintura, además llevaba una licra deportiva que realzaba la contextura torneada de sus piernas, por su ropa yo predecía que su destino sería el gimnasio después de dejar a sus hijos en el colegio.

El colegio quedaba unas cuantas calles, así que la acompañe y ella me fue preguntando sobre mis estudios, me dijo que yo parecía ser un chico muy estudioso, que nunca me veía en la calle en malos pasos, y que además era muy simpático lo cual me causo un poco de nervios, colocando mi cara colorada, eso le pareció muy divertido a ella, ya que mis nervios no los pude disimular.

Yo le comenté sobre mis estudios y mis sueños, mientras ella me miraba fijamente a los ojos, sentí un deseo incandescente de besar sus labios, una sensación muy determinante en ese momento. Llegamos en unos instantes al colegio, ella dejó sus hijos, dándoles la bendición y deseándoles muchos éxitos, les dió un beso y ellos entraron corriendo.

Empezamos a cruzar más palabras, en ese momento la universidad se me olvidó por completo. Parecía ser que le había caído muy bien, me comentó sobre su vida personal, su esposo era muy de un temperamento muy fuerte y que por su trabajo, abogado de profesión, vivía muy estresado.

Poco a poco ella fue tomando confianza conmigo, y yo sin disimular me fijaba mucho en sus labios, a su vez ella lo notaba. Me dijo que iría al gimnasio, haría sus ejercicios habituales y luego descansaría con un baño, en ese momento mi mente la imaginó desnuda, su cuerpo, sus labios, su cabello, me provocó una seducción increíble.

Me dijo que en la tarde iba a estar sola y que podía pasar por su casa a hablar con ella un rato, que me prepararía un rico chocolate y que me atendería muy bien. Yo sin pensarlo dos veces fijé que si, tenía que ir a la universidad, ella me abrazó y me dió un beso en la mejilla, pero de esos besos que se dan con los labios, ese beso fue como un deseo esperado de una fantasía muy muy deliciosa con mi vecina.